martes, 22 de noviembre de 2016

Before the flood

Recientemente National Geographic estrenó el documental "Before the flood" (Antes de la inundación), presentado por el actor estadounidense Leonardo DiCaprio.
Lo mejor que tiene es que expone de manera más o menos objetiva algunos de los principales problemas ambientales, y que invita a la reflexión sobre el tema, que siempre es deseable.
Sin embargo, el documental es, en mi opinión, demasiado personalista, centrada en la vida y experiencias del actor protagonista. Quizás, asimismo, demasiado dirigido a la opinión pública estadounidense, sobre la que quiere influir para variar el sentido de su voto.
En algunos momentos es excesivamente catastrófica, en la línea de algunos profetas del ecologismo y de otros documentales de NG. No obstante, son interesantes los casos que muestra en China, Indonesia o India.
La aparición de líderes mundiales como el papa Francisco, Obama o Ban Ki-moon, le dan cierto empaque, pero el desarrollo general del documental es un tanto caótico y suena en ocasiones a propagandístico.
Si sirve para promover un debate serio sobre el cambio climático y el cambio global, bienvenido sea.
Aquí dejamos el enlace al trailer de la película en youtube.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Laudato Si, por D. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo

La Encíclica "Laudato Si", como mensaje del Papa Francisco a toda la humanidad. Hacia una "ecología integral" en diez claves... es el título de la conferencia pronunciada el 9 de noviembre por el Obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. Raúl Berzosa, en el ciclo de conferencias "Diálogos de San Pablo", en el Instituto Superior de Filosofía de los Dominicos de Valladolid.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Homenaje a Julián Gómez del Castillo- Intervención de D. Luis Argüello (Vídeo)

Os dejo un vídeo del pasado 28 de octubre de 2016, en el marco de un homenaje que el Movimiento Cultural Cristiano de Valladolid hizo a Julián Gómez del Castillo en el X aniversario de su muerte. En concreto, aparece la intervención de don Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, tocando algunos temas sociales y el papel que en ellos juega la Iglesia, la Doctrina social de la Iglesia, Laudato Si, y otros documentos del Magisterio.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Declaración de Torreciudad (Declaración Interreligiosa sobre Cooperación entre Ciencia y Religión para el Cuidado Ambiental)

Esta declaración es el resultado del Seminario Internacional sobre Cooperación entre Ciencia y Religión para el Cuidado Ambiental (http://www.issrec.org/), basado en la Encíclica Laudato si’ del Papa Francisco.

En el seminario participaron científicos, teólogos y líderes religiosos con interés ambiental, provenientes de las principales tradiciones espirituales del planeta. La declaración está abierta a quienes reconozcan la importancia de los problemas ambientales y la necesidad de promover una mayor cooperación entre las ciencias y las principales tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad para contribuir a la solución de los mismos.

1. La gran mayoría de la población que habita nuestro planeta cree en la importancia de las tradiciones espirituales y religiosas en su vida diaria. Estas tradiciones constituyen una importante fuente de inspiración y una base que sustenta sus valores morales, así como una cosmovisión sobre quiénes somos en relación con Dios, con la Tierra y con el resto de los seres humanos. Como se indica en la Laudato si’: “esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” (§201). De modo similar, otros líderes religiosos han señalado la importancia de la cooperación entre las principales religiones y tradiciones espirituales para abordar los problemas ambientales. Además, en los últimos años se han firmado declaraciones interreligiosas que subrayan que la degradación de la naturaleza es también un problema moral y espiritual, y no sólo económico o técnico. Entre ellas se encuentran la declaración conjunta de 2002 del Papa Juan Pablo II y el Patriarca Bartolomé I; el Manifiesto Interreligioso de Uppsala sobre Cambio Climático en 2008, y las Declaraciones Islámica y Budista sobre Cambio Climático en 2015. Sin embargo, aún se requieren acciones más firmes para cambiar los actuales modelos económicos y sociales hacia otros ambientalmente más amigables.

2. La Ciencia juega un papel crítico en la comprensión de los problemas ambientales, así como en el seguimiento y en la proyección de sus tendencias. La degradación del medio ambiente es global, tanto en lo que se refiere a la superficie como a las temáticas que afecta. El cambio climático, la acidificación de los océanos, la contaminación del agua y del aire, la pérdida de biodiversidad y de hábitats, y muchos otros problemas tienen que ser enfrentados mediante la integración de diferentes disciplinas, incluyendo las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades. Se requiere una cooperación más estrecha entre esas disciplinas, que son clave para alcanzar una visión más comprehensiva de los retos ambientales a los que nos enfrentamos, así como de sus complejas interrelaciones. Tal y como indica la Encíclica del Papa Francisco, “la especialización tiende a convertirse en aislamiento y en absolutización del propio saber. Esto impide afrontar adecuadamente los problemas del medio ambiente” (Laudato si’, §201).

3. La Ciencia en solitario no puede resolver la actual crisis ecológica. Se necesita una mayor cooperación de todos los actores que afectan a las decisiones y a las actitudes sociales y ambientales, incluyendo grupos políticos, organizaciones no gubernamentales y empresas. Las tradiciones religiosas y espirituales son la fuente más antigua de valores morales, sabiduría e inspiración. Ellas nos proponen modelos para vivir con justicia, paz y armonía. Los valores espirituales y culturales nos estimulan a evitar el consumismo, uno de los principales responsables de la degradación ambiental; nos animan a cultivar las virtudes y a mostrar compasión hacia el resto de los seres humanos, los animales y plantas, así como a apreciar hondamente el aire, la tierra y los océanos donde habitan: nuestra Hermana y Madre Tierra. Por estas razones, se requiere una cooperación más estrecha entre científicos y líderes religiosos para promover una mayor conciencia y una acción ambiental más efectiva.

4. Las comunidades religiosas y espirituales tienen un papel prominente en la educación, particularmente en lo que respecta a los jóvenes. Por ello, es esencial que los líderes de todas las confesiones y a todos los niveles comprendan los problemas ambientales a los que nos enfrentamos y promuevan una “conversión ecológica”, que modifique nuestros actuales estilos de vida, ambientalmente insostenibles. Los cambios radicales que se requieren implican no sólo prestar más atención a los temas ambientales o reducir superficialmente nuestros patrones de consumo. Se trata más bien de promover “…una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático” (Laudato si’, §111). Las escuelas, parroquias, templos, mezquitas, madrasas, sinagogas, monasterios y otras instituciones religiosas, deberían estar más activamente implicadas en que seamos custodios responsables de la Tierra, en lugar de ser sus devastadores.

5. La gravedad de los problemas ambientales y sus tendencias ponen en serio riesgo la habitabilidad de nuestro planeta. Las evidencias científicas muestran la escala y la relevancia de los impactos causados por la intervención humana en muchos procesos naturales. Somos responsables del cambio climático reciente, debido al uso intensivo de combustibles fósiles, con impactos ambientales y sociales potencialmente catastróficos. Estamos causando extinciones masivas de especies, la mayoría de ellas desconocidas e irreparablemente perdidas, tanto para nosotros como para nuestros descendientes. Estamos contaminando el aire y el agua, perturbando los ecosistemas, talando los bosques, destruyendo suelos fértiles y despilfarrando recursos. La población más vulnerable —en particular los pobres, marginados y excluidos— ya está sufriendo gravemente los efectos. Los problemas ambientales y sociales a menudo tienen las mismas raíces y, por ello, deben ser abordados conjuntamente: “Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (Laudato si’, §139). Dependemos de los sistemas naturales para conservar este planeta como nuestro hogar para las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, como el Papa indica, “…no basta pensar en las distintas especies sólo como eventuales «recursos» explotables, olvidando que tienen un valor en sí mismas. Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre (Laudato si’, §33).

6. Necesitamos revertir urgentemente las tendencias más amenazantes de degradación ambiental. Necesitamos alentar un nuevo modelo de progreso que integre la ecología humana y natural, que promueva energías limpias y economías sostenibles. Necesitamos encontrar modos de vida creativos que se concentren en los valores esenciales en lugar de dirigirnos hacia un consumismo absurdo (menos es más); necesitamos un pensamiento realista y esperanzador que haga nuestras vidas más felices, al tiempo que incentive el cuidado del resto de las personas, de los seres vivos y hábitats. Necesitamos que la Ciencia y la Religión trabajen juntas para que ese cambio tan necesario ocurra.

Santuario de Torreciudad, España, 21 de junio de 2016.

Enlace para adherirse

Sobre transgénicos

"Transgénicos, emociones, dogmas y Greenpeace" es el título del artículo publicado por Nicolás Jouve, presidente de la Asociación Civica. 

Este es el enlace.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación

Usemos misericordia con nuestra casa común

En unión con los hermanos y hermanas ortodoxos, y con la adhesión de otras Iglesias y Comunidades cristianas, la Iglesia católica celebra hoy la anual «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación». La jornada pretende ofrecer «a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos».

Es muy alentador que la preocupación por el futuro de nuestro planeta sea compartida por las Iglesias y las Comunidades cristianas junto a otras religiones. En efecto, en los últimos años, muchas iniciativas han sido emprendidas por las autoridades religiosas y otras organizaciones para sensibilizar en mayor medida a la opinión pública sobre los peligros del uso irresponsable del planeta. Quisiera aquí mencionar al Patriarca Bartolomé y a su predecesor Demetrio, que durante muchos años se han pronunciado constantemente contra el pecado de causar daños a la creación, poniendo la atención sobre la crisis moral y espiritual que está en la base de los problemas ambientales y de la degradación. Respondiendo a la creciente atención por la integridad de la creación, la Tercera Asamblea Ecuménica Europea (Sibiu 2007) proponía celebrar un «Tiempo para la creación», con una duración de cinco semanas entre el 1 de septiembre (memoria ortodoxa de la divina creación) y el 4 de octubre (memoria de Francisco de Asís en la Iglesia católica y en algunas otras tradiciones occidentales). Desde aquel momento dicha iniciativa, con el apoyo del Consejo Mundial de las Iglesias, ha inspirado muchas actividades ecuménicas en diversos lugares.

Debe ser también un motivo de alegría que, en todo el mundo, iniciativas parecidas que promueven la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable con la sociedad, están fomentando el encuentro entre personas, sobre todo jóvenes, de diversos contextos religiosos. Los Cristianos y los no cristianos, las personas de fe y de buena voluntad, hemos de estar unidos en el demostrar misericordia con nuestra casa común la tierra y valorizar plenamente el mundo en el cual vivimos como lugar del compartir y de comunión.

1. La tierra grita…

Con este Mensaje, renuevo el diálogo con «toda persona que vive en este planeta» respecto a los sufrimientos que afligen a los pobres y la devastación del medio ambiente. Dios nos hizo el don de un jardín exuberante, pero lo estamos convirtiendo en una superficie contaminada de «escombros, desiertos y suciedad» (Laudato si’, 161). No podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, a menudo provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas. «Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho» (ibíd., 33).

El planeta continúa a calentarse, en parte a causa de la actividad humana: el 2015 ha sido el año más caluroso jamás registrado y probablemente el 2016 lo será aún más. Esto provoca sequía, inundaciones, incendios y fenómenos meteorológicos extremos cada vez más graves. Los cambios climáticos contribuyen también a la dolorosa crisis de los emigrantes forzosos. Los pobres del mundo, que son los menos responsables de los cambios climáticos, son los más vulnerables y sufren ya los efectos.

Como subraya la ecología integral, los seres humanos están profundamente unidos unos a otros y a la creación en su totalidad. Cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos. Al mismo tiempo, cada criatura tiene su propio valor intrínseco que debe ser respetado. Escuchemos «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (ibíd., 49), y busquemos comprender atentamente cómo poder asegurar una respuesta adecuada y oportuna.

2. …porque hemos pecado

Dios nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla (cf. Gn. 2,15) con respeto y equilibrio. Cultivarla «demasiado» esto es abusando de ella de modo miope y egoísta, y guardarla poco es pecado.

Con valentía, el querido Patriarca Bartolomé, repetidamente y proféticamente, ha puesto de manifiesto nuestros pecados contra la creación: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todo esto es pecado». Porque «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios».

Ante lo que está sucediendo en nuestra casa, que el Jubileo de la Misericordia pueda llamar de nuevo a los fieles cristianos «a una profunda conversión interior» (Laudato si’, 217), sostenida particularmente por el sacramento de la Penitencia. En este Año Jubilar, aprendamos a buscar la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar; y comprometámonos a realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica, que pide una clara toma de conciencia de nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con el prójimo, con la creación y con el creador (cf. ibíd., 10; 229).

3. Examen de conciencia y arrepentimiento

El primer paso en este camino es siempre un examen de conciencia, que «implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos […] También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres» (ibíd., 220).

A este Padre lleno de misericordia y de bondad, que espera el regreso de cada uno de sus hijos, podemos dirigirnos reconociendo nuestros pecados contra la creación, los pobres y las futuras generaciones. «En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación». Este es el primer paso en el camino de la conversión.

En el 2000, también un Año Jubilar, mi predecesor san Juan Pablo II invitó a los católicos a arrepentirse por la intolerancia religiosa pasada y presente, así como por las injusticias cometidas contra los hebreos, las mujeres, los pueblos indígenas, los inmigrantes, los pobres y los no nacidos. En este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, invito a cada uno a hacer lo mismo. Como personas acostumbradas a estilos de vida inducidos por una malentendida cultura del bienestar o por un «deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita» (ibíd., 123), y como partícipes de un sistema que «ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza», arrepintámonos del mal que estamos haciendo a nuestra casa común.

Después de un serio examen de conciencia y llenos de arrepentimiento, podemos confesar nuestros pecados contra el Creador, contra la creación, contra nuestros hermanos y hermanas. «El Catecismo de la Iglesia Católica nos hace ver el confesionario como un lugar en el que la verdad nos hace libres para un encuentro». Sabemos que «Dios es más grande que nuestro pecado», de todos los pecados, incluidos aquellos contra la creación. Allí confesamos porque estamos arrepentidos y queremos cambiar. Y la gracia misericordiosa de Dios que recibimos en el sacramento nos ayudará a hacerlo.

4. Cambiar de ruta

El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico de misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida. Y esto debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas (cf. Laudado si’, 211). No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo. Estas acciones «provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente» (ibíd., 212) y refuerzan «un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo» (ibíd., 222).

Igualmente, el propósito de cambiar de vida debe atravesar el modo en el que contribuimos a construir la cultura y la sociedad de la cual formamos parte: «El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión» (ibíd., 228). La economía y la política, la sociedad y la cultura, no pueden estar dominadas por una mentalidad del corto plazo y de la búsqueda de un inmediato provecho financiero o electoral. Por el contrario, estas deben ser urgentemente reorientadas hacia el bien común, que incluye la sostenibilidad y el cuidado de la creación.

Un caso concreto es el de la «deuda ecológica» entre el norte y el sur del mundo (cf. ibíd., 51-52). Su restitución haría necesario que se tomase cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financiaros y asistencia técnica que les ayuden a gestionar las consecuencias de los cambios climáticos y a promover el desarrollo sostenible.

La protección de la casa común necesita un creciente consenso político. En este sentido, es motivo de satisfacción que en septiembre de 2015 los países del mundo hayan adoptado los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y que, en diciembre de 2015, hayan aprobado el Acuerdo de París sobre los cambios climáticos, que marca el costoso, pero fundamental objetivo de frenar el aumento de la temperatura global. Ahora los Gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que han asumido, mientras las empresas deben hacer responsablemente su parte, y corresponde a los ciudadanos exigir que esto se realice, es más, que se mire a objetivos cada vez más ambiciosos.

Cambiar de ruta significa, por lo tanto, «respetar escrupulosamente el mandamiento originario de preservar la creación de todo mal, ya sea por nuestro bien o por el bien de los demás seres humanos». Una pregunta puede ayudarnos a no perder de vista el objetivo: «¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (Laudato si’, 160).

5. Una nueva obra de misericordia

«Nada une más con Dios que un acto de misericordia, bien sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, o bien de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre».

Parafraseando a Santiago, «la misericordia sin las obras está muerta en sí misma. […] A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: por lo tanto, dejemos espacio a la fantasía de la caridad para encontrar nuevas modalidades de acción. De este modo la vía de la misericordia se hará cada vez más concreta».

La vida cristiana incluye la práctica de las tradicionales obras de misericordia corporales y espirituales. «Solemos pensar en las obras de misericordia de una en una, y en cuanto ligadas a una obra: hospitales para los enfermos, comedores para los que tienen hambre, hospederías para los que están en situación de calle, escuelas para los que tienen que educarse, el confesionario y la dirección espiritual para el que necesita consejo y perdón… Pero, si las miramos en conjunto, el mensaje es que el objeto de la misericordia es la vida humana misma y en su totalidad».

Obviamente «la misma vida humana en su totalidad» incluye el cuidado de la casa común. Por lo tanto, me permito proponer un complemento a las dos listas tradicionales de siete obras de misericordia, añadiendo a cada una el cuidado de la casa común.

Como obra de misericordia espiritual, el cuidado de la casa común precisa de «la contemplación agradecida del mundo» (Laudato si’, 214) que «nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir» (ibíd., 85). Como obra de misericordia corporal, el cuidado de la casa común, necesita «simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo […] y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor» (ibíd., 230-231).

6. En conclusión, oremos

A pesar de nuestros pecados y los tremendos desafíos que tenemos delante, no perdamos la esperanza: «El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado […] porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos» (ibíd., 13;245). El 1 de septiembre en particular, y después durante el resto del año, recemos:

«Oh Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar a los abandonados
y a los olvidados de esta tierra
que son tan valiosos a tus ojos. […]
Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra (ibíd., 246).
Dios de Misericordia, concédenos recibir tu perdón
y de transmitir tu misericordia en toda nuestra casa común.
Alabado seas.
Amen.

Vaticano, 1 de septiembre de 2016

FRANCISCO

miércoles, 31 de agosto de 2016

El acceso al agua potable es un problema de justicia social

El Papa ha denunciado ante científicos que el acceso al agua potable es un problema de "justicia social" y ha elogiado la labor de los que se ocupan de la "compleja y maravillosa actividad de escrutar el universo, don incomparable del Creador".

Francisco ha hecho estas consideraciones durante la audiencia a los participantes de la Escuela de verano de Astronomía del Observatorio Vaticano, organizado por la orden de los Jesuitas.
Para el Papa la cualificada participación de personas procedentes de "varios países y diferentes culturas" es la prueba de cómo la "diversidad puede enriquecer también el trabajo de investigación en el ámbito científico".

Sobre el deseo de comprender el universo ha destacado que es algo "común a hombres y mujeres que viven en contextos culturales y religiosos diferentes".

El tema de estudio es el agua en el sistema solar y el Papa ha incidido en lo "esencial que es el agua en la tierra". Y ha agregado: "El agua nos fascina con su poder y al mismo tiempo con su humildad". Así ha denunciado que hoy el acceso al agua pura es un problema de justicia social".

El papa León XIII fundó el Observatorio Vaticano en 1891, hace 125 años. Francisco ha señalado que en estos años, esta institución científica ha realizado "las finalidades para la que ha sido querida, sirviéndose de nuevos instrumentos, como también del diálogo y del debate con otros centros de investigación".

Jornada de oración por el cuidado de la creación


SÁBADO 3 SEPTIEMBRE 2016 

-“Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana” (Papa Francisco LS 217). 
-“Un grito de alarma por el desastre climático que afecta cotidianamente a los hombres y la naturaleza; la propuesta de la vía del ascetismo y la sobriedad en el uso de los bienes terrenos y de la energía; la proclamación del Evangelio para sanar el corazón humano que ha hecho el mundo un depósito de basura”. (Mensaje del Patriarca Ecuménico ortodoxo Bartolomé I para JMOCC. 2015). 

Hermanas y hermanos en Cristo 
Con el telón de fondo de su Encíclica Laudato Si, el Papa Francisco - compartiendo con el Patriarca Ecuménico Bartolomé la preocupación por el futuro de la creación – decidió el año pasado instituir también en la Iglesia Católica la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», uniéndose a la fecha fijada por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla desde 1989. 
Según el papa Francisco, esta jornada ofrecerá “a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos” y contribuirá “como Iglesia a superar la mayor Crisis ecológica que vive la humanidad y hacerlo desde una profunda Conversión espiritual y ecológica”, posibilitando “un momento intenso de oración, reflexión, conversión y asunción de estilos de vida coherentes”. (Carta de institucionalización del papa Francisco de la JMOCC. 6 de agosto de 2015) 
La invitación en esta jornada es a mirar la naturaleza con otros ojos, a escucharla con otro oído, a olerla con nuevos aromas, a tocarla con manos suaves, a gustarla y disfrutarla con todos los sentidos. Hace siglos ya, Francisco de Asís le atribuyó a la naturaleza esa cualidad de “sujeto de derechos”, la llamó nuestra hermana. Abusada y explotada, cuidémosla y amémosla, en nuestro día a día, en las pequeñas cosas y en los grandes consumos, que la agotan. 
Recibid un abrazo de Comunión universal y ecológica y “elevamos nuestra ferviente oración para que el Señor conceda el don de la paz en el amor y la unidad a toda la familia humana”. (Declaración conjunta papa Francisco y Bartolomé I patriarca ecuménico. 2014) 
Comisión Mixta 
La Comisión Mixta la forman: Asamblea Episcopal Ortodoxa de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y la Iglesia Ortodoxa Rumana), la Iglesia Siro-Ortodoxa de Antioquía, el Arzobispado Católico Romano de Madrid (Vicaria de Pastoral Social e Invocación, Justicia y Paz, iniciativa de comunión Ubuntu), Parroquia de Santa Cristina, Compañía de Jesús, Grupo Cristianismo y Ecología, Movimiento Scouts de España, PP. Capuchinos de Madrid (CONFER Madrid).

- “No podemos hacernos los sordos ante la mayor crisis ambiental de la historia. Entre los pobres más maltratado está nuestra tierra”. (Discurso del papa Francisco en ChiapasMéxico Febrero 2016) 
-“Cometer un crimen contra la naturaleza es un pecado. Para los seres humanos que hacen que las especies se extingan y destruir la diversidad biológica de la creación de Dios; para los seres humanos que degradan la integridad de la Tierra, causando cambios en el clima y despojando a la tierra de sus bosques naturales y de sus humedales; para los seres humanos … que contaminan las aguas de la Tierra, su terreno, aire, y en definitiva, su vida, con sustancias venenosas– todos estos (actos) son pecados.” (Patriarca Ecuménico ortodoxo Bartolomé I. 1997 en Estados Unidos) 
-“No es demasiado tarde. El mundo de Dios tiene poderes curativos increíbles. En una sola generación, podríamos dirigir la tierra hacia el futuro de nuestros hijos. Pero esa generación ha de empezar ahora.” (Declaración conjunta del Patriarca ecuménico ortodoxo Bartolomé I con el papa Juan Pablo II en el IV Simposio Ecológico, en el mar en Venecia en junio de 2002)

PROGRAMA PRIMERA PARTE: 
DE 17:30 A 19:30H 17:30h: Acogida con limonada natural incluida 
18:00h: Bienvenida y presentación del acto 18:15h: MESA REDONDA: Visión actual de la Ecología Ponentes: Archimandrita Padre Demetrio R. Saez (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), Jose Eizaguirre (Biotropía y Grupo Cristianismo y Ecología) y Yayo Herrero (Ecologistas en Acción) SEGUNDA PARTE: 
DE 20:00H A 21:15 H 19,30h: Marcharemos juntos desde la parroquia hasta el Cerro de la Torrecilla, en la Casa de Campo, junto al lago y las pistas de tenis. Metro Lago, línea 10 
20h: ORACIÓN ECUMÉNICA: Presidirán el acto: el Arzobispo Monseñor Carlos Osoro (Iglesia Católica Romana), el Metropolita Monseñor Policarpo (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), el Obispo Ortodoxo Rumano Monseñor Timotei y el Arzobispo Siro-Ortoxo Nicolaos Matti. Con la participación del grupo musical AIN KAREM LUGAR: PARROQUIA DE SANTA CRISTINA, Paseo de Extremadura, 32. Madrid. (Metro Puerta del Angel, línea 6). 
Contacto: Teléfono: 619.285.243 E-mail: ecumenismo@juspax-es.org Rogamos confirmar asistencia al correo electrónico

lunes, 18 de julio de 2016

Materiales del curso "En busca de la verdad, el cuidado de la casa común"


Todo el material escrito y los audios puedes encontrarlos en el blog de la Delegación de Fe y Cultura de la Diócesis de Coria-Cáceres:

Enlace

lunes, 30 de mayo de 2016

En busca de la verdad: 'El cuidado de la Casa Común' V Aula de verano de fe y cultura

Una de las sorpresas del pontificado del Papa Francisco ha sido la publicación de la encíclica ‘Laudato si’ sobre el cuidado de la Casa Común en la que aborda el problema ecológico a la luz de una razón iluminada por la fe.

Este hecho nos ha parecido que era un buen motivo para dedicar nuestra Aula de Verano a la profundización en este problema que cada vez va presentando perfiles más preocupantes y amenazantes: residuos, contaminación, agotamiento de recursos, cambio climático,…

El Papa no se ha quedado en un mero análisis superficial, de síntomas, sino que ha profundizado en las actitudes humanas que están en la raíz del problema: consumismo, afán exclusivo de lucro, corrupción, individualismo, materialismo… Y en las consecuencias negativas que provocan: paro, migraciones, masificación, pobreza, explotación,…

Recogiendo los perfiles que se muestran en esta Encíclica hemos procurado que en nuestro programa estén presentes todos ellos; es decir, no sólo hacer una revisión al estado de nuestro planeta sino también a los hombres que lo habitan y gobiernan.

Por ello, tenemos tres bloques de análisis: el que toma el pulso al estado de nuestro planeta con temas como: ecosistemas, recursos, calentamiento global y sus consecuencias, la contaminación del agua y la atmósfera,… desde la acción irresponsable del hombre.

En el segundo bloque veremos las acciones políticas, financieras, económicas que generan este deterioro de la naturaleza y los conflictos y desigualdades entre los hombres.
Finalmente, en un tercer bloque, el papel de los medios de comunicación social, la familia, la escuela y otras entidades en la creación de una cultura ecológica.

Y todo ello con el estilo que se muestra también en la Encíclica: ver, juzgar y actuar. Por ello veremos en nuestro programa actividades de diverso tipo: unas que buscan la descripción de los problemas, otras que tratan de encontrar las razones y, por último, las que pretenden mostrar propuestas y realidades transformadoras.

Como en las ediciones anteriores del Aula de Verano, la Delegación Diocesana de fe y cultura de Coria – Cáceres quiere guiarse por el lema “En busca de la verdad”, siguiendo la doctrina de Benedicto XVI, y siendo conscientes de que la Verdad no es ambigua ni relativa, sino que reside en la inteligencia preexistente a nosotros con que Dios crea el mundo.

Todo ello lo haremos en un entorno de diálogo abierto a todos los públicos, especialmente a cristianos comprometidos y jóvenes universitarios, que están llamados a entrar en diálogo con una sociedad en la que muy probablemente se sentirán en minoría.

Como viene siendo tradicional, el marco para nuestras jornadas de reflexión estivales será la ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, que supone un privilegio añadido. No faltan actividades culturales y un clima de convivencia distendido entre ponentes y participantes que nos permitirán vivir intensa y fructíferamente estas jornadas.

Más información


Atlas de la Justicia Ambiental

No están todos los que son, pero los que están dan buena muestra del reguero de conflictos medioambientales que, como pequeños tumores, se extienden a lo largo y ancho de un planeta enfermo. 

Algunos son bien conocidos -aunque no por ello están resueltos- como la contaminación del Delta del Níger por las actividades de la petrolera Shell en Nigeria, las miles de víctimas de la catástrofe en la fábrica de pesticidas de Bhopal, en India; el proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, en Honduras, por el que fue asesinada la activista indígena Berta Cáceres y su compañero Nelson García hace sólo unos meses; o la deforestación salvaje de las selvas de Indonesia para producir aceite de Palma. Pero hay cientos de casos más repartidos por otras muchas coordenadas del globo, relacionados con la energía nuclear, la extracción de minerales, la construcción, el acaparamiento de tierras, los proyectos turísticos o la gestión de residuos, entre otros.
“Lo hacemos para demostrar que no son casos aislados, sino que en todos lados cuecen habas. Pero en realidad nadie sabe cuántos conflictos hay en el mundo, cuanto más bajas la escala, más conflictos aparecen”, explica el catedrático en Economía e Historia Joan Martínez Alier. Él es el coordinador delAtlas de la Justicia Ambiental, un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona con financiación del Consejo de Investigación Europeo puesto en marcha por un equipo de investigadores que pretende documentar y dar visibilidad a una problemática creciente.

Por el momento, el atlas recoge 1746 casos, pero el objetivo, asegura Martínez Alier, es llegar a incluir hasta 3.000 conflictos. “Si miras el mapa China está bastante vacía. No porque no existan conflictos allí, sino porque no damos abasto”, reconoce. El equipo español trabaja en coordinación con investigadores en otros lados del mundo para escoger qué casos se incluyen. No buscan que queden reflejados todos y cada uno, porque saben que eso es inabarcable, sino que haya cierta proporcionalidad entre las diferentes áreas geográficas.

El atlas permite un vistazo general o hacer una búsqueda filtrando por países, por tipos de conflicto, por empresas implicadas o por los diferentes tipos de impactos que han provocado. Cada uno de los casos aparece asimismo documentado con una extensa ficha que incluye fotografías, una descripción general, fechas, actores implicados, consecuencias estudiadas y enlaces de interés. El proyecto contempla también otros mapas específicos sobre casos muy destacados como los conflictos de la petrolera Chevron, el fracking o la extracción de minerales en América Latina.

“Este mapa nos permite poner sobre la mesa la deuda ecológica entre quienes se aprovechan de los recursos y quienes sufren los impactos”, señala Samuel Martín-Sosa, responsable de Internacional de Ecologistas en Acción, que colabora con el proyecto.

Con los casos recogidos hasta ahora, India aparece como el país más afectado, con 223 conflictos, seguido de Colombia (117), Nigeria (73) y Estados Unidos (69). Por tipo de conflicto, es el acaparamiento de tierras el que provoca más problemas, con 454 casos; así como los proyectos mineros (323) o el derecho por el acceso al agua (287). Por empresas, las petroleras se llevan la palma: Shell ha provocado 42 concflictos, Nigerian National Petroleum Corporation 41 y Chevron 31. Pero hay otras como Monsanto, con 20 casos, o las españolas Sacyr (12) y Endesa (10).

En el caso español se han documentado 60 conflictos escogidos en función de su importancia geográfica, su representación histórica o atendiendo a la diversidad de su tipología, explica Amaranta Herrero, coordinadora de los casos españoles. 

“En realidad siempre hay más conflictos de los representados. Cada central nuclear tiene su conflicto, pero no están recogidos todos”, señala Herrero, que advierte de que se debe tomar el atlas como “un botón de muestra” de lo que hay.

Así, en España se han documentado, por ejemplo, los casos de la mina de Aznalcóllar, en Andalucía; el del almacén de gas Castor, en Vinaròs; el de los fosfoyesos radiactivos del polo químico de Huelva; la protección del lobo ibérico, el trasvase Tajo-Segura, los transgénicos en Aragón y Catalunya o el aeropuerto de Ciudad Real.



lunes, 16 de mayo de 2016

Mesa redonda Laudato Si'

La segunda encíclica del Papa Francisco “Laudato si’. Sobre el cuidado de la casa común” fue firmada el 24 de mayo de 2015. Un año después de esta encíclica histórica y tras la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015, hacemos balance del impacto que ha tenido el documento en la sociedad española a través de un diálogo que incorpore voces de distintos ámbitos (religioso, político, científico, académico…).

Participan en la mesa redonda: Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid; Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente (2004-2008) y miembro de Global Ocean Commission;Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, rector de la Academia Pontificia de las Ciencias;Carlos del Álamo, vicepresidente de TYPSA y exconsejero de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia; Pedro Linares, vicerrector de la Universidad Pontificia de Comillas; Marco Gordillo, coordinador de campañas de Manos Unidas; María José Pou, profesora del Grado en Periodismo, Universidad UCH-CEU; y Teresa Ribera, directora de IDDRI y presidenta del Consejo Asesor de REDS.
Asimismo, se presentará el MOOC (Massive Online Open Course) Laudato sì. On care for our common home, mini-curso de la plataforma educativa digital SDSN.edu. El curso ha sido traducido recientemente al español con el apoyo del Instituto IDEAS – Universidad Cardenal Herrera CEU.

Fecha y hora: 25 de mayo a las 18:00h
Lugar: Abertis, Paseo Castellana, 39, Madrid
Cómo llegar: Metro Rubén Darío (L5), autobuses 5, 14, 27, 45, 150
Organiza: Red Española para el Desarrollo Sostenible
Con la colaboración de: Abertis, Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Instituto IDEAS – Universidad Cardenal Herrera CEU


martes, 12 de abril de 2016

El cambio climático modifica el eje de rotación de la Tierra

Interesante y sorprendente artículo, sobre cómo el cambio climático modifica el eje de rotación de la Tierra.

Enlace (La Vanguardia)

lunes, 4 de abril de 2016

Parque Nacional Torres de Paine (Chile)


Aquí os dejo esta presentación sobre el Parque Nacional Torres de Paine (Chile), que merece la pena conocer.

Enlace presentación

Riesgo de la deforestación para el pueblo pigmeo


Aquí os dejo un artículo de El Español  en el que se habla del riesgo que supone la deforestación para el pueblo pigmeo.

Enlace noticia



jueves, 17 de marzo de 2016

Desastres naturales


Dejamos un artículo sobre las víctimas de los desastres naturales, sacado de la revista de Manos Unidas.

Leer artículo

lunes, 14 de marzo de 2016

Motor elevador de voltaje

Nos llega información sobre esta iniciativa que no parece interesante, y por eso le damos difusión.

El proyecto Mev surgió de la necesidad de encontrar una fuente de energía limpia, económica y de la lógica ocupación de un grupo de personas involucradas en el crecimiento personal para otros, familiares y amigos.

El inventor Felipe Peña, en el año 2008 se quedó sin trabajo pero afortunadamente le llego a sus manos un libro de física y había estudiado de joven en la FP electricidad para ocupar su tiempo se dedicó a hacer pruebas con motores eléctricos, hasta que dio con el invento de motor elevador de voltaje, después de aquel hallazgo, presento la patente pero no se la aprobaron, pasaron varios años y se había gastado el dinero, tuvo que buscar ayuda económica en amigos y así es como conoció a su socio Vicente Lucia, pero yo quería que este invento saliera de inmediato y conocía personas con experiencia en el mundo del inventor, y le presente una persona para que patentaran el invento, paso el tiempo y quise saber que sucedía, y Felipe me contó que estaba todo parado, hasta que finalmente le hice una visita a su casa y nos conocimos. Yo tenía experiencia en electricidad y Felipe me mostró su invento y convenimos en hacer un modelo de utilidad que tiene básicamente una cobertura muy parecida a la patente, En julio del 2015 fue concedido el modelo de utilidad. Más tarde entramos en contacto con otro miembro del grupo Enrique Guardiola, el cual entusiasmado nos entregó todo su apoyo y Dios dispuso que este, al día siguiente de ponernos en contacto, fuera a un taller que había preparado sin conocimiento previo dl proyecto MEV, lo cual nos asombró a nosotros muchísimo, era algo inesperado, pero que fue como una bendición y dio comienzo el proyecto MEV.

Este es el proyecto MEV en grupo, pero la necesidad llega por la ocupación de la sanidad del medio ambiente, La energía fósil y el consumo occidental ha derivado en calentamiento global. El MEV (Motor Elevador de Voltaje), es un motor como su nombre indica que aumenta el voltaje, con la particularidad aproximadamente de que por cada 1 vatio él es capaz de transformarlo en 2 vatios, gracias al electromagnetismo y la energía cinética. Como pueden comprobar obtenemos 1 vatio de más, significa que es auto-suficiente y entrega energía a nuestra disposición. Lo que podemos hacer con esa energía sobrante depende solo de nosotros, por ejemplo podemos obtener agua a coste 0 y electricidad para cualquier electrodoméstico sin gasto de energía adicional, así mismo cualquier cosa que se les pueda ocurrir, pues entrega energía mecánica y eléctrica en cualquier hora y condición del mundo.

Lo que deseamos el grupo del proyecto MEV es el desarrollo de la energía limpia. Para ello contamos con la venta de licencias y soñamos con hacer una fundación MEV, a través de la cual podamos entregar esta tecnología al mundo.

Como estamos empezando necesitamos ayuda de mecenas y apoyo de los particulares. Gracias a Dios y a vosotros.








miércoles, 17 de febrero de 2016

martes, 9 de febrero de 2016