jueves, 2 de septiembre de 2010

Peregrinación verde

Un total de 14 obispos, 13 cardenales y un obispo metropolitano europeos, y los responsables nacionales para la protección de la creación comienzan este miércoles una peregrinación "verde" por Hungría, Eslovaquia y Austria que se prolongará hasta el próximo domingo para reflexionar sobre el tema escogido por el Papa para el Día Mundial de la Paz 2010 'Si quieres construir la paz, protege la creación' en relación con el medio ambiente.
La peregrinación se inaugurará este miércoles con una celebración eucarística en la Catedral de Esztergom (Hungría) y con la bendición de los peregrinos por parte del arzobispo de la basílica y presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), el cardenal monseñor Peter Erdó. Esta marcha se produce seis años después del fin de las conferencias organizadas por la CCEE sobre el tema del medio ambiente y de la responsabilidad para la creación, que dio lugar al nacimiento de una red europea de delegados nacionales de las Conferencias Episcopales Europeas. Ahora, la Comisión pretende relanzar e intensificar la red y presentar ante Europa la perspectiva de la Iglesia sobre los beneficios de la creación. "La atención a la creación siempre ha formado parte del trabajo de la CCEE", explica el secretario general de la CCEE, el padre Duarte da Cunha, al tiempo que indica que "la atención que se le dedica hoy en día deriva de la conciencia de que la cuestión ecológica ha sido abordada en términos casi apocalípticos y, a veces, viendo a la persona como un enemigo de la naturaleza". "Queremos motivar nuestra reflexión y nuestra acción en favor del medio ambiente por el hecho de que la protección de la creación y el respeto a la naturaleza están en la base de la búsqueda de una solidaridad auténtica a escala mundial inspirada por los valores de la caridad, de la justicia y del bien común", apunta. Además, durante la jornada de este miércoles, el secretario de Estado para el medio ambiente del Gobierno de Hungría, Zoltán Illés, participará en la apertura de una reunión. El jueves, los participantes se dirigirán a Bratislava navegando por el río Danubio, una ocasión que, según afirma la CCEE servirá para reflexionar sobre el agua y la energía. Por otro lado, el viernes celebrarán una mesa redonda sobre la protección de la creación en la que intervendrán el presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, el cardenal monseñor Peter Kodwo, así como el comisionado europeo de educación, cultura y juventud, y ministro eslovaco de telecomunicaciones, Ján Figel. El mismo día por la tarde, los obispos se trasladarán en autobús hasta la ciudad austríaca de St. Plten, donde se celebrará una misa en la que se recitará la 'Bridge Prayer'.
El sábado, los peregrinos continuarán en tren hasta Brgeralpe, donde el arzobispo de Malinas-Bruselas y presidente de la Conferencia Episcopal Belga, monseñor André Joseph Léonard, presidirá una eucaristía. El camino concluirá el próximo domingo con la celebración de otra misa dirigida por el arzobispo de Viena y presidente de la Conferencia Episcopal Austríaca, el cardenal Christoph Schnborn.
(Fuente: www.cope.es)

viernes, 19 de febrero de 2010

Cristianismo y ecología, ideas y propuestas

Hoy en día la conservación de un medio ambiente en condiciones es uno de los mayores retos que afronta la Humanidad, como expresa la creciente preocupación social por el tema y las cumbres al máximo nivel que, con la presencia de jefes de Estado de todo el mundo, se celebran periódicamente.
En consonancia con ello se ha manifestado también la Iglesia reiteradamente, destacando los llamamientos de papas como Juan Pablo II o Benedicto XVI.
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia titula su capítulo X “salvaguardar el medio ambiente” , y en él considera a la Naturaleza como “un don de Dios , el lugar y el proyecto que El confía a la guía responsable y al trabajo del hombre” y que “la relación del hombre con el mundo es un elemento constitutivo de la identidad humana. Se trata de una relación que nace como fruto de la unión , todavía más profunda, del hombre con Dios”.
(...)

Así comienza el documento "Cristianismo y ecología, ideas y propuestas", que el periodista y divulgador ambiental Carlos de Prada, lanzó a la Iglesia española en el VIII Congreso "Católicos y Vida Pública" (2006). El documento completo puede leerse en el blog del autor, en la zona de descarga de materiales de nuestro blog o pinchando aquí.

jueves, 18 de febrero de 2010

¿Ecología, sí; y persona, no?

Carta de D. Antonio Mª Rouco Varela, Cardenal-Arzobispo de Madrid, ante la Campaña contra el hambre, de Manos Unidas.

Desde el principio de la creación Dios contempla todas las cosas creadas y se complace en la obra de sus manos. De modo singular, encuentra su complacencia en los hijos de los hombres. Por su parte, el hombre, la criatura que porta en sí misma la imagen del mismo Dios, se alegra al contemplar la belleza y perfección del cosmos.La creación entera es el jardín que Dios ha regalado al hombre como lugar donde vivir, aún más, el medio ambiente idóneo en el que llevar a cabo su vocación a la bienaventuranza divina. La tierra ha sido dada a los hombres para que, cuidándola y gobernándola, extraigan de ella el alimento necesario para su subsistencia y los demás bienes que deben ayudarles a alcanzar su desarrollo pleno y armonioso. A través de este primer don, se le ha concedido al hombre la ocasión de encontrar a Dios y alabarle como su Creador. Observamos con tristeza, sin embargo, que no siempre ha sido así. El pecado, además de dañar las relaciones con Dios, con los hermanos y consigo mismo, ha oscurecido en el corazón del hombre su capacidad para hallar el verdadero sentido de todo lo creado.Benedicto XVI nos ha recordado, en su reciente encíclica Caritas in veritate, que cuando se entiende la creación y, en primer lugar, la naturaleza humana, como un fruto del azar, se difumina la responsabilidad. Al no asumir que la creación es un don recibido, el hombre pierde la relación con el Creador. En consecuencia, la creación queda rebajada hasta el extremo de no tener un destino mayor que el de ser un puro instrumento de producción y explotación. Es claro que esta visión conduce a inaceptables abusos de la naturaleza, que, como acaba de señalar el Santo Padre en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, de este año, ponen «en serio peligro la disponibilidad de algunos recursos naturales, no sólo para la presente generación, sino sobre todo para las futuras». Por lo demás, la utilización desconsiderada de los bienes de la tierra tiene un innegable efecto negativo, que afecta con singular fuerza a los pueblos menos desarrollados, pues ellos sufren con mayor virulencia las consecuencias del comportamiento egoísta de los países más desarrollados.Por ello, hemos de tomar conciencia, una vez más, de la «urgente necesidad moral de una renovada solidaridad intergeneracional, especialmente en las relaciones entre países en vías de desarrollo y aquellos altamente industrializados». Esta solidaridad nos invita a revisar seriamente el uso que hacemos de los recursos de la tierra, sin olvidar que han sido dados por Dios para beneficio de todos los hombres, y no para el bienestar y el lucro de unos pocos.
Una grave antinomia
Con motivo de su LI Campaña, bajo el lema Contra el hambre, defiende la tierra, Manos Unidas, asociación pública de fieles de la Iglesia en España para la ayuda al desarrollo, ha querido despertar nuestra conciencia sobre este punto, imprescindible a la hora de trabajar por un desarrollo integral del hombre. La Iglesia, dice Benedicto XVI, «tiene una responsabilidad respecto a la creación y se siente en el deber de ejercerla también en el ámbito público, para defender la tierra, el agua y el aire, dones de Dios Creador para todos, y sobre todo para proteger al hombre frente al peligro de la destrucción de sí mismo». Esta defensa de la creación no puede plantearse al margen de los problemas que afectan a la persona humana, centro del cosmos, como habitualmente se hace. Por ello, son especialmente luminosas las palabras del Papa que apuntan a la contradicción de posturas actuales en el campo de la defensa de la ecología cuando no van acompañadas de la defensa de la persona humana: «Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello de la ecología ambiental. Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a respetarse a sí mismas. El libro de la naturaleza es uno e indivisible, tanto en lo que concierne al ambiente como en lo que concierne a la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral. Los deberes que tenemos con el ambiente están relacionados con los que tenemos para con la persona considerada en sí misma y en su relación con los otros. No se pueden exigir unos y conculcar otros. Es una grave antinomia de la mentalidad y de la praxis actual, que envilece a la persona, trastorna el ambiente y daña a la sociedad».Pidamos a Santa María de la Almudena, Reina de todo lo creado, que haga muy fecunda la campaña de Manos Unidas, aliente a todos los que la hacen posible y sirva para que la creación, nacida de las manos del Creador, tienda siempre a Él, cuidada y gobernada por el hombre, que ha recibido de Dios la responsabilidad de respetar su fin último: ser alabanza de Dios y lugar donde el hombre alcance la realización de sí mismo en perfecta comunión con todos los hombres.

Extraído del semanario Alfa y Omega.

Campaña LI de Manos Unidas

lunes, 8 de febrero de 2010

Decálogo católico sobre ética y ambiente

Presentado por el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz (Roma, 8-11-2005). Expresa la enseñanza –síntesis- de la doctrina social de la Iglesia católica sobre el ambiente.

1) La Biblia tiene que dictar los principios morales fundamentales del designio de Dios sobre la relación entre hombre y creación.
2) Es necesario desarrollar una conciencia ecológica de responsabilidad por la creación y por la humanidad.
3) La cuestión del ambiente involucra a todo el planeta, pues es un bien colectivo.
4) Es necesario confirmar la primacía de la ética y de los derechos del hombre sobre la técnica.
5) La naturaleza no debe ser considerada como una realidad en sí misma divina, por tanto, no queda sustraída a la acción humana.
6) Los bienes de la tierra han sido creados por Dios para el bien de todos. Es necesario subrayar el destino universal de los bienes.
7) Se requiere colaborar en el desarrollo ordenado de las regiones más pobres.
8) La colaboración internacional, el derecho al desarrollo, al ambiente sano y a la paz deben ser considerados en las diferentes legislaciones.
9) Es necesario adoptar nuevos estilos de vida más sobrios.
10) Hay que ofrecer una respuesta espiritual, que no es la de la adoración de la naturaleza.

Cántico de las Criaturas

“De la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor”. S. S. Benedicto XVI (2005)

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticias de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

San Francisco de Asis

Fuente: blogs.21rs.es

sábado, 16 de enero de 2010

La creación está gimiendo

Discurso de Benedicto XVI al Cuerpo Diplomático acreditado en la Santa Sede (11-1-2010)

(...)
La Iglesia está abierta a todos porque, en Dios, ella existe para los demás. Ella, por tanto, comparte intensamente la suerte de la humanidad que, en este año apenas comenzado, aparece todavía marcada por la crisis dramática que ha golpeado la economía mundial, provocando una grave y vasta inestabilidad social. En la Encíclica «Caritas in veritate», he invitado a buscar las raíces profundas de esta situación, que se encuentran, a fin de cuentas, en la vigente mentalidad egoísta y materialista, que no tiene en cuenta los límites inherentes a toda criatura. Quisiera subrayar hoy que dicha mentalidad amenaza también a la creación. Cada uno de nosotros podría citar, probablemente, algún ejemplo de los daños que ella produce en el medio ambiente en todas las partes del mundo. Cito uno, entre tantos otros, de la historia reciente de Europa: hace veinte años, cuando cayó el muro de Berlín y se derrumbaron los regímenes materialistas y ateos que habían dominado durante varios decenios una parte de este continente, ¿acaso no fue posible calcular el alcance de las profundas heridas que un sistema económico carente de referencias fundadas en la verdad del hombre había infligido, no sólo a la dignidad y a la libertad de las personas y de los pueblos, sino también a la naturaleza, con la contaminación de la tierra, las aguas y el aire? La negación de Dios desfigura la libertad de la persona humana, y devasta también la creación. Por consiguiente, la salvaguardia de la creación no responde primariamente a una exigencia estética, sino más bien a una exigencia moral, puesto que la naturaleza manifiesta un designio de amor y de verdad que nos precede y que viene de Dios.
Por eso comparto la gran preocupación que causa la resistencia de orden económico y político a la lucha contra el deterioro del ambiente. Se trata de dificultades que se han podido constatar aun recientemente, durante la XV Sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que tuvo lugar en Copenhague del 7 al 18 de diciembre pasado. Espero que a lo largo de este año, primero en Bonn y después en México, sea posible llegar a un acuerdo para afrontar esta cuestión de un modo eficaz. Se trata de algo muy importante puesto que lo que está en juego es el destino mismo de algunas naciones, en particular ciertos Estados insulares.
Sin embargo, conviene que esta atención y compromiso por el ambiente esté bien establecido en el conjunto de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Si se quiere construir una paz verdadera, ¿cómo se puede separar, o incluso oponer, la protección del ambiente y la de la vida humana, comprendida la vida antes del nacimiento? En el respeto de la persona humana hacia ella misma es donde se manifiesta su sentido de responsabilidad por la creación. Pues, como enseña santo Tomás de Aquino, el hombre representa lo más noble del universo (cf. Summa Theologiae, I, q. 29, a. 3). Además, como ya recordé en la reciente Cumbre Mundial de la FAO sobre la Seguridad Alimentaria, «la tierra puede alimentar suficientemente a todos sus habitantes» (Discurso, 16 noviembre 2009, n. 2), con tal de que el egoísmo no lleve a algunos a acaparar los bienes destinados a todos.
Quisiera subrayar, además, que la salvaguardia de la creación implica una gestión correcta de los recursos naturales de los países y, en primer lugar, de los más desfavorecidos económicamente. Pienso en el continente africano, que tuve la dicha de visitar en el pasado mes de marzo, en mi viaje a Camerún y Angola, y al que se dedicaron los trabajos de la reciente Asamblea especial del Sínodo de Obispos. Los Padres sinodales señalaron con preocupación la erosión y la desertificación de grandes extensiones de tierra de cultivo, a causa de una explotación desmedida y de la contaminación del medio ambiente (cf. Propositio 22). En África, como en otras partes, es necesario adoptar medidas políticas y económicas que garanticen «formas de producción agrícola e industrial que respeten el orden de la creación y satisfagan las necesidades primarias de todos» (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2010, n. 10).
Por otra parte, ¿cómo olvidar que la lucha por acceder a los recursos naturales es una de las causas de numerosos conflictos, particularmente en África, así como una fuente de riesgo permanente en otros casos? Por este motivo, repito con firmeza que, para cultivar la paz, hay que proteger la creación. Además, hay todavía extensas zonas, por ejemplo en Afganistán o en ciertos países de Latinoamérica, donde la agricultura, lamentablemente relacionada todavía con la producción de droga, es una fuente nada despreciable de empleo y subsistencia. Si se quiere la paz, hay que preservar la creación mediante la reconversión de dichas actividades y, una vez más, quisiera pedir a la comunidad internacional que no se resigne al tráfico de drogas y a los graves problemas morales y sociales que esto produce.
(...)

El documento completo puede descargarse en el menú de descarga de materiales o pinchando aquí.

lunes, 11 de enero de 2010

Ciclo de conferencias: "La cuestión ecológica. La vida del hombre en el mundo"

Dentro del III Ciclo de Conferencias sobre Doctrina Social de la Iglesia, se abordan este año las conclusiones del Congreso Internacional de Ecología de la Expo 2008. Como resultado de este congreso se editó el libro titulado "La cuestión ecológica. La vida del hombre en el mundo", del que ya hemos hablado en este blog. Las conferencias tendrán lugar en el Centro Joaquín Roncal (c/San Braulio 5-7, Zaragoza). El calendario es el sigueinte:
- Miércoles, 13 de enero (19,30): La relación del hombre con el mundo
Ponente: Rvdo. Sr. D. Santiago García Acuña. Profesor de Fenomenología de la Religión en la Facultad de Teología ‘San Dámaso’ (Madrid) y de Teología Fundamental en el Instituto superior de ciencias de la Religiosas ‘San Dámaso (Madrid)
- Jueves, 14 de enero (19,30): Ecología de la naturaleza
Ponente: Rvdo. Sr. D. José Mª. Andreu Celma. Profesor de Metafísica, Ética, Ética Social y Filosofía del Lenguaje en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón ‘CRETA’ (Zaragoza)
- Jueves, 21 de enero (19,30): Ecología humana
Ponente: Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Manuel Ureña Pastor, Arzobispo de Zaragoza