Cristianismo y Ecología
Apuntes sobre la visión cristiana del medio ambiente
miércoles, 2 de noviembre de 2022
lunes, 6 de septiembre de 2021
viernes, 16 de febrero de 2018
La Iglesia y el agua
El agua es la base de la vida humana, de la sociedad y de su desarrollo. Sin ella la vida no puede existir, y sin el derecho al acceso al agua cualquier discusión sobre los derechos humanos sería fútil. Ahora bien, una cosa es la belleza de este enunciado y otra la cruda realidad: menos del 2 por ciento
del agua de nuestro planeta es dulce y directamente accesible al ser humano, y un tercio de la población mundial vive bajo estrés hídrico (una cifra que, según estimaciones, llegará a dos tercios para 2025). Por otra parte, hay una gran diversidad entre el hemisferio norte y sur. Mientras en el primero la inmensa mayoría de la población disfruta de este preciado recurso, en el segundo casi .000 millones de personas no tienen un acceso seguro al agua potable limpia y de calidad. La creciente preocupación de la comunidad internacional por un elemento tan esencial como el agua ha cristalizado en uno de los 17 «Objetivos de Desarrollo Sostenible», en concreto en el número 6, donde se pide que quede garantizado el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos. El acceso al agua se convierte, por tanto, en un requisito necesario para alcanzar la pretensión de la Agenda ONU 2030 de «no dejar a nadie atrás» y asegurar la libertad de cada persona. La falta de este requisito lleva consigo desigualdades, crisis, pobreza e imposibilidad
de ejercitar plenamente los derechos para vivir con dignidad.
Derecho al agua. Revista Cáritas
Mons. Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, el IFAD y el PMA
Ver artículo completo
Ver documento Water and Human Rights. A Catholic Perspective on the
Human Right to Water
del agua de nuestro planeta es dulce y directamente accesible al ser humano, y un tercio de la población mundial vive bajo estrés hídrico (una cifra que, según estimaciones, llegará a dos tercios para 2025). Por otra parte, hay una gran diversidad entre el hemisferio norte y sur. Mientras en el primero la inmensa mayoría de la población disfruta de este preciado recurso, en el segundo casi .000 millones de personas no tienen un acceso seguro al agua potable limpia y de calidad. La creciente preocupación de la comunidad internacional por un elemento tan esencial como el agua ha cristalizado en uno de los 17 «Objetivos de Desarrollo Sostenible», en concreto en el número 6, donde se pide que quede garantizado el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos. El acceso al agua se convierte, por tanto, en un requisito necesario para alcanzar la pretensión de la Agenda ONU 2030 de «no dejar a nadie atrás» y asegurar la libertad de cada persona. La falta de este requisito lleva consigo desigualdades, crisis, pobreza e imposibilidad
de ejercitar plenamente los derechos para vivir con dignidad.
Derecho al agua. Revista Cáritas
Mons. Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, el IFAD y el PMA
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Ver documento Water and Human Rights. A Catholic Perspective on the
Human Right to Water
La situación del agua en el mundo a la luz de Laudato Si’
Uno de los principales problemas ambientales que el papa Francisco trata en su encíclica Laudato Si´ es el que denomina “la cuestión del agua” (capítulo primero, II, puntos 27 a 31). Se trata de un problema común al resto de los recursos naturales, en riesgo de agotamiento por consumo irracional y los perniciosos y extendidos hábitos de gastar y tirar. Dice el papa que “el agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos”. Introduce el concepto de “pobreza del agua social”, describiendo la situación del continente africano, donde algunos países están afectados por una desigualdad en la distribución de este recurso. El papa denuncia que el agua provoca muertes a diario; en este sentido, hay que decir, según datos de organismos internacionales, que mueren al día unas 10.000 personas (la mitad niños) debido a la escasez de agua o a la falta de calidad. Francisco denuncia también los peligros de la privatización del agua, indicando que “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas”, añadiendo una de esas frases tan rotundas como ciertas que abundan en esta encíclica: “este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable”. Por otra parte, destaca el papa, que la escasez del agua provocará un mayor coste de los alimentos y advierte que, posiblemente, se convertirá en una de las principales fuentes de grandes conflictos en este siglo.
En el trabajo que se presenta, se analiza la situación del agua a nivel mundial, siguiendo las orientaciones establecidas por el papa Francisco en esta encíclica. Para ello se utilizan datos sobre el uso de este recurso natural que ofrecen organismos internacionales y ONG’s de prestigio, así como las normativas más importante al respecto, principalmente la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea.
En el trabajo que se presenta, se analiza la situación del agua a nivel mundial, siguiendo las orientaciones establecidas por el papa Francisco en esta encíclica. Para ello se utilizan datos sobre el uso de este recurso natural que ofrecen organismos internacionales y ONG’s de prestigio, así como las normativas más importante al respecto, principalmente la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea.
Comunicación en el CONGRESO INTERNACIONAL LAUDATO SI´ DE ECOLOGÍA INTEGRAL Y MEDIO AMBIENTE
sábado, 27 de enero de 2018
El mensaje del Papa Francisco a Davos18
Para el profesor Klaus Schwab, Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial
Agradezco su invitación para participar en el Foro Económico Mundial 2018 y su deseo de incluir la perspectiva de la Iglesia Católica y de la Santa Sede en la reunión en Davos. También les agradezco sus esfuerzos por acercar esta perspectiva a la atención de los participantes, incluidas las distinguidas autoridades políticas y gubernamentales presentes y todos aquellos involucrados en los negocios, la economía, el trabajo y la cultura, mientras discuten los desafíos, preocupaciones, esperanzas y perspectivas del mundo de hoy y del futuro.
El tema elegido para el foro de este año - Crear un futuro compartido en un mundo fracturado - es muy oportuno. Confío en que ayudará a orientar sus deliberaciones en la búsqueda de mejores bases para construir sociedades inclusivas, justas y solidarias, capaces de restaurar la dignidad de aquellos que viven con gran incertidumbre y que no pueden soñar con un mundo mejor.
A nivel de gobernanza global, somos cada vez más conscientes de que existe una creciente fragmentación entre los Estados y las instituciones. Están surgiendo nuevos actores, así como una nueva competencia económica y acuerdos comerciales regionales. Las nuevas tecnologías están transformando los modelos económicos y el mundo globalizado, de tal forma que, condicionadas por intereses privados y una ambición de lucro a toda costa, parecen favorecer una mayor fragmentación e individualismo, en lugar de facilitar enfoques que sean más inclusivos.
La inestabilidad financiera han traído nuevos problemas y serios desafíos que los gobiernos deben enfrentar, como el aumento del desempleo y de la pobreza, la ampliación de la brecha socioeconómica y las nuevas formas de esclavitud, a menudo enraizadas en situaciones de conflicto, migración y diversos problemas sociales. "Junto a ello, encontramos ciertos estilos de vida bastante egoístas, marcados por una opulencia que ya no es sostenible y con frecuencia indiferentes al mundo que nos rodea, y especialmente a los más pobres entre los pobres. Para nuestra sorpresa, vemos que las cuestiones técnicas y económicas dominan el debate político, en detrimento de una preocupación genuina por los seres humanos. Los hombres y las mujeres corren el riesgo de verse reducidos a meros engranajes en una maquinaria que los considera meros artículos de consumo para ser explotados, con el resultado de que cada vez que una vida humana ya no es útil para esa maquinaria, se descarta con pocos reparos” (Discurso en el Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014).
En este contexto, es vital salvaguardar la dignidad de la persona humana, en particular ofreciendo a todas las personas oportunidades reales para el desarrollo humano integral y aplicando políticas económicas que favorezcan a la familia. "La libertad económica no debe prevalecer sobre la libertad del hombre y sus derechos, y el mercado no debe ser absoluto, sino respetar las exigencias de la justicia” (Discurso a la Confederación General de la Industria Italiana, 27 de febrero de 2016). Por lo tanto, los modelos económicos también deben observar una ética del desarrollo sostenible e integral, basada en los valores que colocan al ser humano a la persona y sus derechos en el centro.
"Ante las numerosas barreras de la injusticia, la soledad, la desconfianza y la sospecha en nuestros días, el mundo del trabajo está llamado a dar pasos valientes para que 'ser y trabajar juntos' no sea simplemente un eslogan sino un programa para el presente y el futuro” (Ibid.). Solo a través de una resolución firme compartida por todos los actores económicos podemos dar una nueva dirección al destino de nuestro mundo. También la inteligencia artificial, la robótica y otras innovaciones tecnológicas deben emplearse de tal manera que contribuyan al servicio de la humanidad y a la protección de nuestro mundo, y no lo contrario, como lamentablemente algunas estimaciones prevén.
Agradezco su invitación para participar en el Foro Económico Mundial 2018 y su deseo de incluir la perspectiva de la Iglesia Católica y de la Santa Sede en la reunión en Davos. También les agradezco sus esfuerzos por acercar esta perspectiva a la atención de los participantes, incluidas las distinguidas autoridades políticas y gubernamentales presentes y todos aquellos involucrados en los negocios, la economía, el trabajo y la cultura, mientras discuten los desafíos, preocupaciones, esperanzas y perspectivas del mundo de hoy y del futuro.
El tema elegido para el foro de este año - Crear un futuro compartido en un mundo fracturado - es muy oportuno. Confío en que ayudará a orientar sus deliberaciones en la búsqueda de mejores bases para construir sociedades inclusivas, justas y solidarias, capaces de restaurar la dignidad de aquellos que viven con gran incertidumbre y que no pueden soñar con un mundo mejor.
A nivel de gobernanza global, somos cada vez más conscientes de que existe una creciente fragmentación entre los Estados y las instituciones. Están surgiendo nuevos actores, así como una nueva competencia económica y acuerdos comerciales regionales. Las nuevas tecnologías están transformando los modelos económicos y el mundo globalizado, de tal forma que, condicionadas por intereses privados y una ambición de lucro a toda costa, parecen favorecer una mayor fragmentación e individualismo, en lugar de facilitar enfoques que sean más inclusivos.
La inestabilidad financiera han traído nuevos problemas y serios desafíos que los gobiernos deben enfrentar, como el aumento del desempleo y de la pobreza, la ampliación de la brecha socioeconómica y las nuevas formas de esclavitud, a menudo enraizadas en situaciones de conflicto, migración y diversos problemas sociales. "Junto a ello, encontramos ciertos estilos de vida bastante egoístas, marcados por una opulencia que ya no es sostenible y con frecuencia indiferentes al mundo que nos rodea, y especialmente a los más pobres entre los pobres. Para nuestra sorpresa, vemos que las cuestiones técnicas y económicas dominan el debate político, en detrimento de una preocupación genuina por los seres humanos. Los hombres y las mujeres corren el riesgo de verse reducidos a meros engranajes en una maquinaria que los considera meros artículos de consumo para ser explotados, con el resultado de que cada vez que una vida humana ya no es útil para esa maquinaria, se descarta con pocos reparos” (Discurso en el Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014).
En este contexto, es vital salvaguardar la dignidad de la persona humana, en particular ofreciendo a todas las personas oportunidades reales para el desarrollo humano integral y aplicando políticas económicas que favorezcan a la familia. "La libertad económica no debe prevalecer sobre la libertad del hombre y sus derechos, y el mercado no debe ser absoluto, sino respetar las exigencias de la justicia” (Discurso a la Confederación General de la Industria Italiana, 27 de febrero de 2016). Por lo tanto, los modelos económicos también deben observar una ética del desarrollo sostenible e integral, basada en los valores que colocan al ser humano a la persona y sus derechos en el centro.
"Ante las numerosas barreras de la injusticia, la soledad, la desconfianza y la sospecha en nuestros días, el mundo del trabajo está llamado a dar pasos valientes para que 'ser y trabajar juntos' no sea simplemente un eslogan sino un programa para el presente y el futuro” (Ibid.). Solo a través de una resolución firme compartida por todos los actores económicos podemos dar una nueva dirección al destino de nuestro mundo. También la inteligencia artificial, la robótica y otras innovaciones tecnológicas deben emplearse de tal manera que contribuyan al servicio de la humanidad y a la protección de nuestro mundo, y no lo contrario, como lamentablemente algunas estimaciones prevén.
miércoles, 20 de diciembre de 2017
“Laudato si’”, inspiración para una iglesia muy sostenible
Com’è noto, nell’enciclica che già nel titolo celebra il messaggio di san Francesco D’Assisi, papa Francesco ricorda che la terra è ferita, e che “nostra sorella protesta per il male che le provochiamo, a causa dell’uso irresponsabile e dell’abuso dei beni che Dio ha posto in lei”. L’appello ha un rapporto equilibrato verso l’ambiente e riguarda in generale il tema della giustizia sociale.
Non a caso il discorso del Santo Padre mira anche a contrastare un’economia tutt’altro che sostenibile che mira soltanto al profitto. In senso più ampio, possiamo annoverare fra i poveri anche la nostra terra, sempre più dimenticata e sfruttata in modo spregiudicato.
Il concetto che più volte viene ribadito dal Pontefice, espresso anche nella sua citazione del discorso che Papa Paolo VI svolse alla FAO, nel 25° anniversario di questo (16 novembre 1970) è “l’urgenza e la necessità di un mutamento radicale nella condotta dell’umanità”, perché “i progressi scientifici più straordinari, le prodezze tecniche più strabilianti, la crescita economica più prodigiosa, se non sono congiunte ad un autentico progresso sociale e morale, si rivolgono, in definitiva, contro l’uomo”.
Anche la Conferenza Episcopale Italiana (Cei) e le diocesi italiane si sono interrogate su quali potessero essere le modalità applicative dei principi di sostenibilità ambientale: anche in Italia si parla di realizzare una Chiesa bioclimatica, autosufficiente dal punto di vista energetico e costruita con criteri di bioarchitettura.
Don Valerio Pennasso, direttore del Servizio nazionale per l’edilizia di culto e dell’Ufficio nazionale per i beni culturali ecclesiastici della CEI, intervenuto nel convegno della Lumsa del 29 e 30 settembre 2016 “Costruire bene per vivere meglio”, ha spiegato come da tempo nel suo ufficio si pone un’attenzione particolare al tema dell’ambiente, e per questo è nata l’idea di progettare un complesso parrocchiale ecosostenibile. Un esempio di complesso parrocchiale ecosostenibile dovrebbe sorgere nelle Marche a circa 3 chilometri dal santuario di Loreto. La Cei parteciperà al finanziamento dell’opera in maniera consistente, visto che per la realizzazione di nuove chiese eroga contributi pari al 75% dei costi.
In questo periodo storico la nuova costruzione di chiese ha subito un calo. Anche nel settore dell’edilizia di culto, prevale la richiesta di restauro e ristrutturazioni rispetto a quella di nuovi edifici, quindi, anche partire dall’efficientamento dell’esistente, rappresenta un impegno a perseguire i criteri della sostenibilità e, per fare ciò, bisogna attuare le buone pratiche comportamentali partendo dal basso.
Da quanto emerge dalla ricerca “Chiesa Ecologica”, condotta dal Centro di ricerche in scienze ambientali e biotecnologie (Cesab), da qualche anno, la coscienza ambientale si sta diffondendo sempre di più anche in ambito ecclesiale, anche se le aperture green sono più espresse nelle attività pastorali, durante le omelie, o nella catechesi, piuttosto che nella pratica progettuale.
Eppure la parrocchia può diventare un modello per l’intero territorio: un riferimento, quindi. Una migliore gestione delle risorse degli immobili religiosi, mettendo in pratica fattive politiche green, può contribuire al cambiamento e alla diffusione di questi comportamenti virtuosi e necessari per proteggere il Pianeta. L’obiettivo di questa campagna di sensibilizzazione è di favorire una gestione razionale ed efficiente delle risorse, favorire la tutela con l’adeguamento ambientale, l’efficientamento energetico del patrimonio immobiliare ecclesiastico.
In linea con le indicazioni dell’Enciclica papale, con lo sviluppo di buone pratiche in campo energetico, economico e sociale si colloca anche il progetto di ricerca “Parrocchia, Ambiente, Territorio”. Questo documento raccoglie la ricerca condotta dal Cesab, con il sostegno della Diocesi Suburbicaria di Albano, all’interno delle parrocchie del suo territorio. Come si chiarisce nel volume stesso: Questo studio è volto a comprendere le variazioni delle modalità con cui la parrocchia percepisce, interagisce e comunica con il territorio e la propria comunità, alla luce della rinnovata visione dell’ambiente e delle sue risorse da parte della Chiesa.
Il progetto “Chiesa Ecologica” è iniziato nell’ottobre 2013 ed è sostenuto anche da Metaenergia, che a sostegno dell’iniziativa ha anche realizzato degli studi di fattibilità su 4 strutture ecclesiastiche per valutare quali interventi realizzare per migliorarne prestazioni energetiche, consumi e impatti ambientali.
Nello spazio settimanale della rivista “Zenit”, realizzato con il Cesab, ci si rivolge direttamente ai parroci, invitandoli a raccontare la propria esperienza di sostenibilità ambientale, scrivendo quali buone pratiche sono state portate nelle loro parrocchie o oratori e in che modo possono aiutare i parrocchiani o i volontari a parlare del rispetto dell’ambiente.
In questa rivista vengono anche raccolti diversi esempi concreti di buone pratiche.
Tra questi, uno degli esempi più significativi, che mostra come sostenibilità e mondo ecclesiastico possano convivere, viene dalla Diocesi di Alessandria, che con il contributo della Conferenza Episcopale Italiana ha realizzato il Nuovo Complesso parrocchiale San Paolo.
Posto accanto all’esistente Chiesa, dei primi anni Ottanta. La nuova struttura, è stata progettata dallo Studio Centurani, Gianluca Centurano e Paolo Ettore Buzzi. Il complesso comprende la Casa Canonica con gli appartamenti dei sacerdoti al primo piano e il salone parrocchiale, le aule di catechismo e gli uffici parrocchiali al piano terra. La struttura è progettata sfruttando a pieno le energie rinnovabili. Attraverso un iniziale investimento nelle più avanzate tecnologie impiantistiche e criteri di progettazione sostenibili, il nuovo complesso parrocchiale si pone come esempio per la comunità.
L’edificio, si armonizza completamente con la preesistenza, dalla Chiesa trae ispirazione per il linguaggio e le direzioni dominanti. Le linee del nuovo progetto sono pulite e semplici, ma si impostano sugli orientamenti cardinali perseguendo l’esposizione ottimale secondo i criteri della Bioarchitettura.
il Nuovo Complesso San Paolo è progettato per essere un vero collettore solare, considerando l’energia solare, come risorsa globale. L’edificio è praticamente autosufficiente a livello energetico abbattendo drasticamente i costi di gestione e l’inquinamento generato dai sistemi tecnologici tradizionali.
Sono state adottate le più moderne tecnologie e materiali innovativi per ottenere un edificio che funzioni come una vera e propria macchina per risparmiare energia e per sfruttare al meglio le risorse naturali. Particolare attenzione è stata data alla coibentazione delle murature, nelle quali, a seconda degli ambienti, sono inseriti materiali isolanti di varie stratigrafie e spessori, con un notevole utilizzo di pannelli in fibra di legno. I serramenti, in PVC di elevata qualità, sono capaci di garantire ampi spazi vetrati e completa tenuta all’aria secondo le migliori procedure certificate. In questo modo si massimizza l’irraggiamento solare minimizzando le dispersioni.
La climatizzazione invernale ed estiva degli ambienti è garantita sfruttando il principio fisico dell’irraggiamento. Un sistema di pannelli radianti capillari posati nel controsoffitto garantisce la climatizzazione dell’intero edificio sfruttando energie rinnovabili.
Tra gli impianti eco-efficienti troviamo pannelli solari termici e fotovoltaici, sonda geotermica con pompa di calore elettrica, termo camino a legna, ventilazione meccanica controllata con recuperatore e scambiatore interrato, serra solare ad accumulo indiretto e, in caso di emergenza, caldaia a gas metano a condensazione.
Il nuovo complesso San Paolo è certificato edificio “Passivo” nella migliore classe energetica della Regione Piemonte: Classe A+.
Tra le altre buone pratiche, si evidenziano soprattutto iniziative volte al contenimento energetico ma non solo. La Casa Sollievo della Sofferenza, voluta da San Pio da Pietrelcina, punta a questo. La Casa ha realizzato un piano sulla sostenibilità ambientale partendo dalla filiera corta nei pasti ospedalieri.
È stata infatti realizzata una filiera a km 0 di proprietà della Fondazione con caseifici, allevamenti e colture in cui si producono prodotti per la mensa dedicata ai pazienti. Un sistema, questo, che ha portato la Fondazione a produrre non solo per uso interno ma anche per l’esterno, una volta superate le necessità ospedaliere. Sono stati anche istallati impianti fotovoltaici in una delle masserie della fondazione.
Sempre dalla Puglia arriva un altro esempio di efficientamento energetico nelle parrocchie. Il parroco della Parrocchia della “Natività Beata Maria Vergine” di Ruffano (in provincia di Lecce) ha adottato un nuovo e modernissimo sistema di illuminazione all’interno della Chiesa Matrice e dell’oratorio della Parrocchia. Si tratta della cosiddetta “luce ad induzione” che si ottiene attraverso delle lampade simili a quelle fluorescenti nella composizione (sono entrambe a base di gas “neon”) ma alimentate da un campo elettromagnetico esterno e non da comuni elettrodi.
Questo sistema, ha una durata garantita di circa 120 mila ore di vita (tra i 25 ed i 30 anni) senza alcuna manutenzione; l’efficienza lungo tutto il ciclo di vita è pari al 90%, per un risparmio totale che si avvicina al 50%, permettendo un investimento basato sul risparmio attraverso la formula a noleggio.
Il settore dell’illuminazione rappresenta oggi una delle maggiori voci di spesa nel bilancio della parrocchia.
Altre iniziative virtuose sono state portate a termine nell’imolese, nella struttura di Santa Caterina a Casola Canina, Il parroco ha fatto installare alcuni pannelli fotovoltaici da 9 kilowatt di potenza ottenendo anche un vantaggio economico oltre che energetico, hanno ricevuto infatti un finanziamento di 1.300 euro per kilowatt installato.
Anche nel convitto di Don Bosco a Roma, in via dei Salesiani, si è provveduto alla sostituzione delle lampadine classiche a favore di quelle led, e si sta portando a capo uno studio per l’efficientamento energetico per ridurre i consumi generali.
Tutte queste iniziative fanno ben sperare anche se c’è molto altro ancora da fare per instillare un cambiamento radicale nella struttura e nella natura della società. La coscienza ecologica può essere risvegliata o educata anche attraverso queste campagne di sensibilizzazione e partecipazione diretta della collettività, tuttavia le istituzioni giocano un ruolo fondamentale per raggiungere un risultato concreto e far sì che la buona volontà possa avere reali possibilità di trasformarsi in progetti concreti di sviluppo sostenibile.
Enlace
Non a caso il discorso del Santo Padre mira anche a contrastare un’economia tutt’altro che sostenibile che mira soltanto al profitto. In senso più ampio, possiamo annoverare fra i poveri anche la nostra terra, sempre più dimenticata e sfruttata in modo spregiudicato.
Il concetto che più volte viene ribadito dal Pontefice, espresso anche nella sua citazione del discorso che Papa Paolo VI svolse alla FAO, nel 25° anniversario di questo (16 novembre 1970) è “l’urgenza e la necessità di un mutamento radicale nella condotta dell’umanità”, perché “i progressi scientifici più straordinari, le prodezze tecniche più strabilianti, la crescita economica più prodigiosa, se non sono congiunte ad un autentico progresso sociale e morale, si rivolgono, in definitiva, contro l’uomo”.
Anche la Conferenza Episcopale Italiana (Cei) e le diocesi italiane si sono interrogate su quali potessero essere le modalità applicative dei principi di sostenibilità ambientale: anche in Italia si parla di realizzare una Chiesa bioclimatica, autosufficiente dal punto di vista energetico e costruita con criteri di bioarchitettura.
Don Valerio Pennasso, direttore del Servizio nazionale per l’edilizia di culto e dell’Ufficio nazionale per i beni culturali ecclesiastici della CEI, intervenuto nel convegno della Lumsa del 29 e 30 settembre 2016 “Costruire bene per vivere meglio”, ha spiegato come da tempo nel suo ufficio si pone un’attenzione particolare al tema dell’ambiente, e per questo è nata l’idea di progettare un complesso parrocchiale ecosostenibile. Un esempio di complesso parrocchiale ecosostenibile dovrebbe sorgere nelle Marche a circa 3 chilometri dal santuario di Loreto. La Cei parteciperà al finanziamento dell’opera in maniera consistente, visto che per la realizzazione di nuove chiese eroga contributi pari al 75% dei costi.
In questo periodo storico la nuova costruzione di chiese ha subito un calo. Anche nel settore dell’edilizia di culto, prevale la richiesta di restauro e ristrutturazioni rispetto a quella di nuovi edifici, quindi, anche partire dall’efficientamento dell’esistente, rappresenta un impegno a perseguire i criteri della sostenibilità e, per fare ciò, bisogna attuare le buone pratiche comportamentali partendo dal basso.
Da quanto emerge dalla ricerca “Chiesa Ecologica”, condotta dal Centro di ricerche in scienze ambientali e biotecnologie (Cesab), da qualche anno, la coscienza ambientale si sta diffondendo sempre di più anche in ambito ecclesiale, anche se le aperture green sono più espresse nelle attività pastorali, durante le omelie, o nella catechesi, piuttosto che nella pratica progettuale.
Eppure la parrocchia può diventare un modello per l’intero territorio: un riferimento, quindi. Una migliore gestione delle risorse degli immobili religiosi, mettendo in pratica fattive politiche green, può contribuire al cambiamento e alla diffusione di questi comportamenti virtuosi e necessari per proteggere il Pianeta. L’obiettivo di questa campagna di sensibilizzazione è di favorire una gestione razionale ed efficiente delle risorse, favorire la tutela con l’adeguamento ambientale, l’efficientamento energetico del patrimonio immobiliare ecclesiastico.
In linea con le indicazioni dell’Enciclica papale, con lo sviluppo di buone pratiche in campo energetico, economico e sociale si colloca anche il progetto di ricerca “Parrocchia, Ambiente, Territorio”. Questo documento raccoglie la ricerca condotta dal Cesab, con il sostegno della Diocesi Suburbicaria di Albano, all’interno delle parrocchie del suo territorio. Come si chiarisce nel volume stesso: Questo studio è volto a comprendere le variazioni delle modalità con cui la parrocchia percepisce, interagisce e comunica con il territorio e la propria comunità, alla luce della rinnovata visione dell’ambiente e delle sue risorse da parte della Chiesa.
Il progetto “Chiesa Ecologica” è iniziato nell’ottobre 2013 ed è sostenuto anche da Metaenergia, che a sostegno dell’iniziativa ha anche realizzato degli studi di fattibilità su 4 strutture ecclesiastiche per valutare quali interventi realizzare per migliorarne prestazioni energetiche, consumi e impatti ambientali.
Nello spazio settimanale della rivista “Zenit”, realizzato con il Cesab, ci si rivolge direttamente ai parroci, invitandoli a raccontare la propria esperienza di sostenibilità ambientale, scrivendo quali buone pratiche sono state portate nelle loro parrocchie o oratori e in che modo possono aiutare i parrocchiani o i volontari a parlare del rispetto dell’ambiente.
In questa rivista vengono anche raccolti diversi esempi concreti di buone pratiche.
Tra questi, uno degli esempi più significativi, che mostra come sostenibilità e mondo ecclesiastico possano convivere, viene dalla Diocesi di Alessandria, che con il contributo della Conferenza Episcopale Italiana ha realizzato il Nuovo Complesso parrocchiale San Paolo.
Posto accanto all’esistente Chiesa, dei primi anni Ottanta. La nuova struttura, è stata progettata dallo Studio Centurani, Gianluca Centurano e Paolo Ettore Buzzi. Il complesso comprende la Casa Canonica con gli appartamenti dei sacerdoti al primo piano e il salone parrocchiale, le aule di catechismo e gli uffici parrocchiali al piano terra. La struttura è progettata sfruttando a pieno le energie rinnovabili. Attraverso un iniziale investimento nelle più avanzate tecnologie impiantistiche e criteri di progettazione sostenibili, il nuovo complesso parrocchiale si pone come esempio per la comunità.
L’edificio, si armonizza completamente con la preesistenza, dalla Chiesa trae ispirazione per il linguaggio e le direzioni dominanti. Le linee del nuovo progetto sono pulite e semplici, ma si impostano sugli orientamenti cardinali perseguendo l’esposizione ottimale secondo i criteri della Bioarchitettura.
il Nuovo Complesso San Paolo è progettato per essere un vero collettore solare, considerando l’energia solare, come risorsa globale. L’edificio è praticamente autosufficiente a livello energetico abbattendo drasticamente i costi di gestione e l’inquinamento generato dai sistemi tecnologici tradizionali.
Sono state adottate le più moderne tecnologie e materiali innovativi per ottenere un edificio che funzioni come una vera e propria macchina per risparmiare energia e per sfruttare al meglio le risorse naturali. Particolare attenzione è stata data alla coibentazione delle murature, nelle quali, a seconda degli ambienti, sono inseriti materiali isolanti di varie stratigrafie e spessori, con un notevole utilizzo di pannelli in fibra di legno. I serramenti, in PVC di elevata qualità, sono capaci di garantire ampi spazi vetrati e completa tenuta all’aria secondo le migliori procedure certificate. In questo modo si massimizza l’irraggiamento solare minimizzando le dispersioni.
La climatizzazione invernale ed estiva degli ambienti è garantita sfruttando il principio fisico dell’irraggiamento. Un sistema di pannelli radianti capillari posati nel controsoffitto garantisce la climatizzazione dell’intero edificio sfruttando energie rinnovabili.
Tra gli impianti eco-efficienti troviamo pannelli solari termici e fotovoltaici, sonda geotermica con pompa di calore elettrica, termo camino a legna, ventilazione meccanica controllata con recuperatore e scambiatore interrato, serra solare ad accumulo indiretto e, in caso di emergenza, caldaia a gas metano a condensazione.
Il nuovo complesso San Paolo è certificato edificio “Passivo” nella migliore classe energetica della Regione Piemonte: Classe A+.
Tra le altre buone pratiche, si evidenziano soprattutto iniziative volte al contenimento energetico ma non solo. La Casa Sollievo della Sofferenza, voluta da San Pio da Pietrelcina, punta a questo. La Casa ha realizzato un piano sulla sostenibilità ambientale partendo dalla filiera corta nei pasti ospedalieri.
È stata infatti realizzata una filiera a km 0 di proprietà della Fondazione con caseifici, allevamenti e colture in cui si producono prodotti per la mensa dedicata ai pazienti. Un sistema, questo, che ha portato la Fondazione a produrre non solo per uso interno ma anche per l’esterno, una volta superate le necessità ospedaliere. Sono stati anche istallati impianti fotovoltaici in una delle masserie della fondazione.
Sempre dalla Puglia arriva un altro esempio di efficientamento energetico nelle parrocchie. Il parroco della Parrocchia della “Natività Beata Maria Vergine” di Ruffano (in provincia di Lecce) ha adottato un nuovo e modernissimo sistema di illuminazione all’interno della Chiesa Matrice e dell’oratorio della Parrocchia. Si tratta della cosiddetta “luce ad induzione” che si ottiene attraverso delle lampade simili a quelle fluorescenti nella composizione (sono entrambe a base di gas “neon”) ma alimentate da un campo elettromagnetico esterno e non da comuni elettrodi.
Questo sistema, ha una durata garantita di circa 120 mila ore di vita (tra i 25 ed i 30 anni) senza alcuna manutenzione; l’efficienza lungo tutto il ciclo di vita è pari al 90%, per un risparmio totale che si avvicina al 50%, permettendo un investimento basato sul risparmio attraverso la formula a noleggio.
Il settore dell’illuminazione rappresenta oggi una delle maggiori voci di spesa nel bilancio della parrocchia.
Altre iniziative virtuose sono state portate a termine nell’imolese, nella struttura di Santa Caterina a Casola Canina, Il parroco ha fatto installare alcuni pannelli fotovoltaici da 9 kilowatt di potenza ottenendo anche un vantaggio economico oltre che energetico, hanno ricevuto infatti un finanziamento di 1.300 euro per kilowatt installato.
Anche nel convitto di Don Bosco a Roma, in via dei Salesiani, si è provveduto alla sostituzione delle lampadine classiche a favore di quelle led, e si sta portando a capo uno studio per l’efficientamento energetico per ridurre i consumi generali.
Tutte queste iniziative fanno ben sperare anche se c’è molto altro ancora da fare per instillare un cambiamento radicale nella struttura e nella natura della società. La coscienza ecologica può essere risvegliata o educata anche attraverso queste campagne di sensibilizzazione e partecipazione diretta della collettività, tuttavia le istituzioni giocano un ruolo fondamentale per raggiungere un risultato concreto e far sì che la buona volontà possa avere reali possibilità di trasformarsi in progetti concreti di sviluppo sostenibile.
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viernes, 26 de mayo de 2017
Laudato si' El cuidado de la Creación (D. Raúl Berzosa)
Monseñor Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo, presentó la encíclica Laudato Si', en la primera sesión del Ciclo Teológico del curso 2015-2016, del Instituro Diocesano de Teología y Pastoral, de la Diócesis de Bilbao.
Actas del Congreso Laudato Si'
Ya están disponibles las Actas Digitales del Congreso Internacional Laudato Si' de Ecología Integral y Medio Ambiente, organizado por la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Las actas pueden descargarse de la web del congreso o directamente haciendo click aquí.
Etiquetas:
Ecología,
Ecología humana,
Laudato Si',
Medio Ambiente
viernes, 19 de mayo de 2017
Protección del medio ambiente. No es oro todo lo que reluce
Conferencia "Protección del medio ambiente. No es oro todo lo que reluce", por el periodista Ángel Cuaresma en la XXXII Semana Diocesana del Enfermo de Valladolid.
18-5-2017
Ángel Cuaresma es un gran periodista y mejor persona, y le aprecio mucho. Sin embargo, creo que está muy equivocado en muchas de las cosas que dice en esta charla. Pero bueno, abierto está el debate.
Etiquetas:
Conservación de la Naturaleza,
Ecología,
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Vídeos
jueves, 18 de mayo de 2017
El Señor reina, la tierra goza: agricultura sostenible y salud
Conferencia: "El Señor reina, la tierra goza: agricultura sostenible y salud" con Juan Zapatero Gómez-Pallete
XXXII Jornadas Diocesanas del Enfermo
Diócesis de Valladolid
17-5-2017
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Ecoética,
Ecología humana,
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Medio Ambiente,
Vídeos
viernes, 28 de abril de 2017
Video: "Antropoceno: la era del cambio global": ¿Adónde vamos con lo que sabemos?.
Ciclo de conferencias "Antropoceno: la era del cambio global": ¿Adónde vamos con lo que sabemos?.
El Dr. Fernando Valladares, Comisario de la Exposición Antropoceno : la era del cambio global, realiza un breve repaso de lo que sabemos y no de nuestro impacto en el Planeta. El Cambio Global ocurre como consecuencia de varios procesos manifestándose e interactuando a distintas escalas. ¿Qué podemos hacer ante el avance de este proceso complejo?.
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El Dr. Fernando Valladares, Comisario de la Exposición Antropoceno : la era del cambio global, realiza un breve repaso de lo que sabemos y no de nuestro impacto en el Planeta. El Cambio Global ocurre como consecuencia de varios procesos manifestándose e interactuando a distintas escalas. ¿Qué podemos hacer ante el avance de este proceso complejo?.
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Calentamiento global,
Cambio climático,
Ecología,
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miércoles, 15 de marzo de 2017
El paradigma de las minas a cielo abierto
En mi entorno territorial próximo, han surgido en los últimos meses algunos proyectos de explotaciones mineras a cielo abierto. Estaba pensando, a este respecto, lo bonito que suena el nombre: "a cielo abierto". Debe ser el nombre lo único bonito que tienen, porque todo son perjuicios. De hecho, quizás deberían denominarse minas "a tierra abierta", por el tajo que producen a la superficie terrestre.
Pero, aparte de las consideraciones de nomenclatura, confluyen en las minas a cielo abierto una serie de circunstancias que reúno aquí en lo que he denominado "el paradigma de las minas a cielo abierto". Mis argumentos son los siguientes:
-La minería en general es insostenible por definición, ya que explotan unos recursos naturales no renovables (el material mineral extraído).
-Estas minas destruyen otros recursos naturales que no son objeto del aprovechamiento minero en sí. Por ejemplo: destruyen el paisaje, la vegetación, el suelo (con su capacidad productiva para cultivos y ecosistemas, y su papel como sumidero de carbono).
-Afectan negativamente a aspectos medioambientales diversos, como la fauna, los climas locales y los microclimas, el ciclo hidrológico local de las cuencas afectadas, etc.
-Desde el punto de vista socioeconómico, en la minería a cielo abierto -y en la minería en general- una empresa particular aprovecha unos recursos que son `de todos´, sin dejar apenas beneficios para las poblaciones locales.
Es cierto que la normativa obliga a unas medidas correctoras de los impactos ambientales. Es cierto también que, en algunos casos, puede existir un `interés general´ en estas explotaciones, de tal manera que la sociedad en general obtenga un beneficio, aunque este no lo reciba directamente la población local.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la minería a cielo abierto, rompe el modelo de desarrollo de las comarcas donde se establece, en muchos casos zonas de gran interés paisajístico y natural o histórico-cultural, en cuya economía tienen una significativa participación actividades relacionadas con el entorno natural como son el turismo rural o de naturaleza, aprovechamientos micológicos, agricultura, ganadería, selvicultura, apicultura, etc.
El papa Francisco en su conocida encíclica Laudato si´sobre el cuidado de la `casa común´, escribe algunas frases tremendamente elocuentes. Pongo algunos ejemplos directamente aplicables al asunto que nos ocupa:
-"La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras".
-"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura".
-"La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento [global] o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan".
-"Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos límites máximos de explotación del planeta, sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza".
-"El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos".
-"Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países donde no hay una reglamentación y controles suficientes".
-"Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva".
-"El cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación. Pero el costo de los daños que se ocasionan por el descuido egoísta es muchísimo más alto que el beneficio económico que se pueda obtener".
-"Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo".
Frente a un modelo de desarrollo basado en el inmediatismo económico y en el consumo insostenible de recursos naturales, la sociedad debe asumir y promover un nuevo modelo que, sin oponerse al progreso, se base en la conservación de los recursos naturales y en las personas, con su historia, su cultura y su derecho a vivir feliz.
Pero, aparte de las consideraciones de nomenclatura, confluyen en las minas a cielo abierto una serie de circunstancias que reúno aquí en lo que he denominado "el paradigma de las minas a cielo abierto". Mis argumentos son los siguientes:
-La minería en general es insostenible por definición, ya que explotan unos recursos naturales no renovables (el material mineral extraído).
-Estas minas destruyen otros recursos naturales que no son objeto del aprovechamiento minero en sí. Por ejemplo: destruyen el paisaje, la vegetación, el suelo (con su capacidad productiva para cultivos y ecosistemas, y su papel como sumidero de carbono).
-Afectan negativamente a aspectos medioambientales diversos, como la fauna, los climas locales y los microclimas, el ciclo hidrológico local de las cuencas afectadas, etc.
-Desde el punto de vista socioeconómico, en la minería a cielo abierto -y en la minería en general- una empresa particular aprovecha unos recursos que son `de todos´, sin dejar apenas beneficios para las poblaciones locales.
Es cierto que la normativa obliga a unas medidas correctoras de los impactos ambientales. Es cierto también que, en algunos casos, puede existir un `interés general´ en estas explotaciones, de tal manera que la sociedad en general obtenga un beneficio, aunque este no lo reciba directamente la población local.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la minería a cielo abierto, rompe el modelo de desarrollo de las comarcas donde se establece, en muchos casos zonas de gran interés paisajístico y natural o histórico-cultural, en cuya economía tienen una significativa participación actividades relacionadas con el entorno natural como son el turismo rural o de naturaleza, aprovechamientos micológicos, agricultura, ganadería, selvicultura, apicultura, etc.
El papa Francisco en su conocida encíclica Laudato si´sobre el cuidado de la `casa común´, escribe algunas frases tremendamente elocuentes. Pongo algunos ejemplos directamente aplicables al asunto que nos ocupa:
-"La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras".
-"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura".
-"La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento [global] o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan".
-"Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos límites máximos de explotación del planeta, sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza".
-"El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos".
-"Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países donde no hay una reglamentación y controles suficientes".
-"Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva".
-"El cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación. Pero el costo de los daños que se ocasionan por el descuido egoísta es muchísimo más alto que el beneficio económico que se pueda obtener".
-"Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo".
Frente a un modelo de desarrollo basado en el inmediatismo económico y en el consumo insostenible de recursos naturales, la sociedad debe asumir y promover un nuevo modelo que, sin oponerse al progreso, se base en la conservación de los recursos naturales y en las personas, con su historia, su cultura y su derecho a vivir feliz.
Mina a cielo abierto en Nuevo México (Estados Unidos). Fuente: wikipedia
lunes, 13 de marzo de 2017
Derecho humano al agua
El Papa Francisco pronunció este discurso en el Seminario sobre el Derecho Humano al Agua celebrado los pasados 23 y 24 de febrero en El Vaticano. En su intervención, el Papa incidió en las siguientes cuestiones:
“El agua está en el comienzo de todas cosas, es fuente de la vida y de la fecundidad.”
“El agua es una de las cuestiones nodales en el mundo actual.”
“Cada día, 1.000 niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua.”
“Es urgente tomar conciencia de la necesidad del agua para el bien de la humanidad.”
“El agua es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos.”
“En el compromiso de dar al agua el lugar que le corresponde, hace falta una cultura del cuidado.”
"Es imprescindible la acción de cada Estado como garante del acceso universal al agua segura y de calidad."
El Seminario, organizado por la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro reunió a un importante número de expertos que aportaron perspectivas multidisciplinares sobre la centralidad de las políticas públicas en las áreas de gestión del agua y el saneamiento.
A continuación, pueden visionarse todas las ponencias efectuadas en el evento:
Fuente: iagua
“El agua está en el comienzo de todas cosas, es fuente de la vida y de la fecundidad.”
“El agua es una de las cuestiones nodales en el mundo actual.”
“Cada día, 1.000 niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua.”
“Es urgente tomar conciencia de la necesidad del agua para el bien de la humanidad.”
“El agua es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos.”
“En el compromiso de dar al agua el lugar que le corresponde, hace falta una cultura del cuidado.”
"Es imprescindible la acción de cada Estado como garante del acceso universal al agua segura y de calidad."
El Seminario, organizado por la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro reunió a un importante número de expertos que aportaron perspectivas multidisciplinares sobre la centralidad de las políticas públicas en las áreas de gestión del agua y el saneamiento.
A continuación, pueden visionarse todas las ponencias efectuadas en el evento:
Fuente: iagua
viernes, 10 de marzo de 2017
Laudato si', el cuidado de la creación (D. Raúl Berzosa)
Monseñor Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo, presentó la encíclica Laudato Si', en la primera sesión del Ciclo Teológico del curso 2015-2016, Laudato Si´, una encíclica verde y social.
martes, 7 de marzo de 2017
CO2 y clima
Vídeo de una charla de Luis Pomar, Catedrático de la Universidad de las Islas Baleares, sobre "CO2 y clima, una perspectiva geológica". Es bueno que haya diversidad de opiniones en la ciencia. Es largo, pero espero que os guste a los que estéis interesados.
Enlace video
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sábado, 28 de enero de 2017
Mediterráneo
Porque no quiero que ni el Mediterráneo, ni ningún otro mar, se convierta en un basurero ni mucho menos en un cementerio.
martes, 17 de enero de 2017
Enlázate por la justicia
¿Existen realmente problemas ambientales? ¿Son tan importantes? ¿Están relacionados con la pobreza y la desigualdad? ¿Qué tiene que ver todo ello con nosotros, con nuestros modos de vida, con nuestra fe?
Os invitamos a visitar la web enlázate por la justicia
Una iniciativa de: Cáritas, Confer, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes.
Os invitamos a visitar la web enlázate por la justicia
Una iniciativa de: Cáritas, Confer, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes.
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martes, 22 de noviembre de 2016
Before the flood
Recientemente National Geographic estrenó el documental "Before the flood" (Antes de la inundación), presentado por el actor estadounidense Leonardo DiCaprio.
Lo mejor que tiene es que expone de manera más o menos objetiva algunos de los principales problemas ambientales, y que invita a la reflexión sobre el tema, que siempre es deseable.
Sin embargo, el documental es, en mi opinión, demasiado personalista, centrada en la vida y experiencias del actor protagonista. Quizás, asimismo, demasiado dirigido a la opinión pública estadounidense, sobre la que quiere influir para variar el sentido de su voto.
En algunos momentos es excesivamente catastrófica, en la línea de algunos profetas del ecologismo y de otros documentales de NG. No obstante, son interesantes los casos que muestra en China, Indonesia o India.
La aparición de líderes mundiales como el papa Francisco, Obama o Ban Ki-moon, le dan cierto empaque, pero el desarrollo general del documental es un tanto caótico y suena en ocasiones a propagandístico.
Si sirve para promover un debate serio sobre el cambio climático y el cambio global, bienvenido sea.
Aquí dejamos el enlace al trailer de la película en youtube.
Lo mejor que tiene es que expone de manera más o menos objetiva algunos de los principales problemas ambientales, y que invita a la reflexión sobre el tema, que siempre es deseable.
Sin embargo, el documental es, en mi opinión, demasiado personalista, centrada en la vida y experiencias del actor protagonista. Quizás, asimismo, demasiado dirigido a la opinión pública estadounidense, sobre la que quiere influir para variar el sentido de su voto.
En algunos momentos es excesivamente catastrófica, en la línea de algunos profetas del ecologismo y de otros documentales de NG. No obstante, son interesantes los casos que muestra en China, Indonesia o India.
La aparición de líderes mundiales como el papa Francisco, Obama o Ban Ki-moon, le dan cierto empaque, pero el desarrollo general del documental es un tanto caótico y suena en ocasiones a propagandístico.
Si sirve para promover un debate serio sobre el cambio climático y el cambio global, bienvenido sea.
Aquí dejamos el enlace al trailer de la película en youtube.
viernes, 11 de noviembre de 2016
Laudato Si, por D. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo
La Encíclica "Laudato Si", como mensaje del Papa Francisco a toda la humanidad. Hacia una "ecología integral" en diez claves... es el título de la conferencia pronunciada el 9 de noviembre por el Obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. Raúl Berzosa, en el ciclo de conferencias "Diálogos de San Pablo", en el Instituto Superior de Filosofía de los Dominicos de Valladolid.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Homenaje a Julián Gómez del Castillo- Intervención de D. Luis Argüello (Vídeo)
Os dejo un vídeo del pasado 28 de octubre de 2016, en el marco de un homenaje que el Movimiento Cultural Cristiano de Valladolid hizo a Julián Gómez del Castillo en el X aniversario de su muerte. En concreto, aparece la intervención de don Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, tocando algunos temas sociales y el papel que en ellos juega la Iglesia, la Doctrina social de la Iglesia, Laudato Si, y otros documentos del Magisterio.
lunes, 19 de septiembre de 2016
Declaración de Torreciudad (Declaración Interreligiosa sobre Cooperación entre Ciencia y Religión para el Cuidado Ambiental)
Esta declaración es el resultado del Seminario Internacional sobre Cooperación entre Ciencia y Religión para el Cuidado Ambiental (http://www.issrec.org/), basado en la Encíclica Laudato si’ del Papa Francisco.
En el seminario participaron científicos, teólogos y líderes religiosos con interés ambiental, provenientes de las principales tradiciones espirituales del planeta. La declaración está abierta a quienes reconozcan la importancia de los problemas ambientales y la necesidad de promover una mayor cooperación entre las ciencias y las principales tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad para contribuir a la solución de los mismos.
1. La gran mayoría de la población que habita nuestro planeta cree en la importancia de las tradiciones espirituales y religiosas en su vida diaria. Estas tradiciones constituyen una importante fuente de inspiración y una base que sustenta sus valores morales, así como una cosmovisión sobre quiénes somos en relación con Dios, con la Tierra y con el resto de los seres humanos. Como se indica en la Laudato si’: “esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” (§201). De modo similar, otros líderes religiosos han señalado la importancia de la cooperación entre las principales religiones y tradiciones espirituales para abordar los problemas ambientales. Además, en los últimos años se han firmado declaraciones interreligiosas que subrayan que la degradación de la naturaleza es también un problema moral y espiritual, y no sólo económico o técnico. Entre ellas se encuentran la declaración conjunta de 2002 del Papa Juan Pablo II y el Patriarca Bartolomé I; el Manifiesto Interreligioso de Uppsala sobre Cambio Climático en 2008, y las Declaraciones Islámica y Budista sobre Cambio Climático en 2015. Sin embargo, aún se requieren acciones más firmes para cambiar los actuales modelos económicos y sociales hacia otros ambientalmente más amigables.
2. La Ciencia juega un papel crítico en la comprensión de los problemas ambientales, así como en el seguimiento y en la proyección de sus tendencias. La degradación del medio ambiente es global, tanto en lo que se refiere a la superficie como a las temáticas que afecta. El cambio climático, la acidificación de los océanos, la contaminación del agua y del aire, la pérdida de biodiversidad y de hábitats, y muchos otros problemas tienen que ser enfrentados mediante la integración de diferentes disciplinas, incluyendo las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades. Se requiere una cooperación más estrecha entre esas disciplinas, que son clave para alcanzar una visión más comprehensiva de los retos ambientales a los que nos enfrentamos, así como de sus complejas interrelaciones. Tal y como indica la Encíclica del Papa Francisco, “la especialización tiende a convertirse en aislamiento y en absolutización del propio saber. Esto impide afrontar adecuadamente los problemas del medio ambiente” (Laudato si’, §201).
3. La Ciencia en solitario no puede resolver la actual crisis ecológica. Se necesita una mayor cooperación de todos los actores que afectan a las decisiones y a las actitudes sociales y ambientales, incluyendo grupos políticos, organizaciones no gubernamentales y empresas. Las tradiciones religiosas y espirituales son la fuente más antigua de valores morales, sabiduría e inspiración. Ellas nos proponen modelos para vivir con justicia, paz y armonía. Los valores espirituales y culturales nos estimulan a evitar el consumismo, uno de los principales responsables de la degradación ambiental; nos animan a cultivar las virtudes y a mostrar compasión hacia el resto de los seres humanos, los animales y plantas, así como a apreciar hondamente el aire, la tierra y los océanos donde habitan: nuestra Hermana y Madre Tierra. Por estas razones, se requiere una cooperación más estrecha entre científicos y líderes religiosos para promover una mayor conciencia y una acción ambiental más efectiva.
4. Las comunidades religiosas y espirituales tienen un papel prominente en la educación, particularmente en lo que respecta a los jóvenes. Por ello, es esencial que los líderes de todas las confesiones y a todos los niveles comprendan los problemas ambientales a los que nos enfrentamos y promuevan una “conversión ecológica”, que modifique nuestros actuales estilos de vida, ambientalmente insostenibles. Los cambios radicales que se requieren implican no sólo prestar más atención a los temas ambientales o reducir superficialmente nuestros patrones de consumo. Se trata más bien de promover “…una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático” (Laudato si’, §111). Las escuelas, parroquias, templos, mezquitas, madrasas, sinagogas, monasterios y otras instituciones religiosas, deberían estar más activamente implicadas en que seamos custodios responsables de la Tierra, en lugar de ser sus devastadores.
5. La gravedad de los problemas ambientales y sus tendencias ponen en serio riesgo la habitabilidad de nuestro planeta. Las evidencias científicas muestran la escala y la relevancia de los impactos causados por la intervención humana en muchos procesos naturales. Somos responsables del cambio climático reciente, debido al uso intensivo de combustibles fósiles, con impactos ambientales y sociales potencialmente catastróficos. Estamos causando extinciones masivas de especies, la mayoría de ellas desconocidas e irreparablemente perdidas, tanto para nosotros como para nuestros descendientes. Estamos contaminando el aire y el agua, perturbando los ecosistemas, talando los bosques, destruyendo suelos fértiles y despilfarrando recursos. La población más vulnerable —en particular los pobres, marginados y excluidos— ya está sufriendo gravemente los efectos. Los problemas ambientales y sociales a menudo tienen las mismas raíces y, por ello, deben ser abordados conjuntamente: “Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (Laudato si’, §139). Dependemos de los sistemas naturales para conservar este planeta como nuestro hogar para las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, como el Papa indica, “…no basta pensar en las distintas especies sólo como eventuales «recursos» explotables, olvidando que tienen un valor en sí mismas. Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre (Laudato si’, §33).
6. Necesitamos revertir urgentemente las tendencias más amenazantes de degradación ambiental. Necesitamos alentar un nuevo modelo de progreso que integre la ecología humana y natural, que promueva energías limpias y economías sostenibles. Necesitamos encontrar modos de vida creativos que se concentren en los valores esenciales en lugar de dirigirnos hacia un consumismo absurdo (menos es más); necesitamos un pensamiento realista y esperanzador que haga nuestras vidas más felices, al tiempo que incentive el cuidado del resto de las personas, de los seres vivos y hábitats. Necesitamos que la Ciencia y la Religión trabajen juntas para que ese cambio tan necesario ocurra.
Santuario de Torreciudad, España, 21 de junio de 2016.
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En el seminario participaron científicos, teólogos y líderes religiosos con interés ambiental, provenientes de las principales tradiciones espirituales del planeta. La declaración está abierta a quienes reconozcan la importancia de los problemas ambientales y la necesidad de promover una mayor cooperación entre las ciencias y las principales tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad para contribuir a la solución de los mismos.
1. La gran mayoría de la población que habita nuestro planeta cree en la importancia de las tradiciones espirituales y religiosas en su vida diaria. Estas tradiciones constituyen una importante fuente de inspiración y una base que sustenta sus valores morales, así como una cosmovisión sobre quiénes somos en relación con Dios, con la Tierra y con el resto de los seres humanos. Como se indica en la Laudato si’: “esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” (§201). De modo similar, otros líderes religiosos han señalado la importancia de la cooperación entre las principales religiones y tradiciones espirituales para abordar los problemas ambientales. Además, en los últimos años se han firmado declaraciones interreligiosas que subrayan que la degradación de la naturaleza es también un problema moral y espiritual, y no sólo económico o técnico. Entre ellas se encuentran la declaración conjunta de 2002 del Papa Juan Pablo II y el Patriarca Bartolomé I; el Manifiesto Interreligioso de Uppsala sobre Cambio Climático en 2008, y las Declaraciones Islámica y Budista sobre Cambio Climático en 2015. Sin embargo, aún se requieren acciones más firmes para cambiar los actuales modelos económicos y sociales hacia otros ambientalmente más amigables.
2. La Ciencia juega un papel crítico en la comprensión de los problemas ambientales, así como en el seguimiento y en la proyección de sus tendencias. La degradación del medio ambiente es global, tanto en lo que se refiere a la superficie como a las temáticas que afecta. El cambio climático, la acidificación de los océanos, la contaminación del agua y del aire, la pérdida de biodiversidad y de hábitats, y muchos otros problemas tienen que ser enfrentados mediante la integración de diferentes disciplinas, incluyendo las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades. Se requiere una cooperación más estrecha entre esas disciplinas, que son clave para alcanzar una visión más comprehensiva de los retos ambientales a los que nos enfrentamos, así como de sus complejas interrelaciones. Tal y como indica la Encíclica del Papa Francisco, “la especialización tiende a convertirse en aislamiento y en absolutización del propio saber. Esto impide afrontar adecuadamente los problemas del medio ambiente” (Laudato si’, §201).
3. La Ciencia en solitario no puede resolver la actual crisis ecológica. Se necesita una mayor cooperación de todos los actores que afectan a las decisiones y a las actitudes sociales y ambientales, incluyendo grupos políticos, organizaciones no gubernamentales y empresas. Las tradiciones religiosas y espirituales son la fuente más antigua de valores morales, sabiduría e inspiración. Ellas nos proponen modelos para vivir con justicia, paz y armonía. Los valores espirituales y culturales nos estimulan a evitar el consumismo, uno de los principales responsables de la degradación ambiental; nos animan a cultivar las virtudes y a mostrar compasión hacia el resto de los seres humanos, los animales y plantas, así como a apreciar hondamente el aire, la tierra y los océanos donde habitan: nuestra Hermana y Madre Tierra. Por estas razones, se requiere una cooperación más estrecha entre científicos y líderes religiosos para promover una mayor conciencia y una acción ambiental más efectiva.
4. Las comunidades religiosas y espirituales tienen un papel prominente en la educación, particularmente en lo que respecta a los jóvenes. Por ello, es esencial que los líderes de todas las confesiones y a todos los niveles comprendan los problemas ambientales a los que nos enfrentamos y promuevan una “conversión ecológica”, que modifique nuestros actuales estilos de vida, ambientalmente insostenibles. Los cambios radicales que se requieren implican no sólo prestar más atención a los temas ambientales o reducir superficialmente nuestros patrones de consumo. Se trata más bien de promover “…una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático” (Laudato si’, §111). Las escuelas, parroquias, templos, mezquitas, madrasas, sinagogas, monasterios y otras instituciones religiosas, deberían estar más activamente implicadas en que seamos custodios responsables de la Tierra, en lugar de ser sus devastadores.
5. La gravedad de los problemas ambientales y sus tendencias ponen en serio riesgo la habitabilidad de nuestro planeta. Las evidencias científicas muestran la escala y la relevancia de los impactos causados por la intervención humana en muchos procesos naturales. Somos responsables del cambio climático reciente, debido al uso intensivo de combustibles fósiles, con impactos ambientales y sociales potencialmente catastróficos. Estamos causando extinciones masivas de especies, la mayoría de ellas desconocidas e irreparablemente perdidas, tanto para nosotros como para nuestros descendientes. Estamos contaminando el aire y el agua, perturbando los ecosistemas, talando los bosques, destruyendo suelos fértiles y despilfarrando recursos. La población más vulnerable —en particular los pobres, marginados y excluidos— ya está sufriendo gravemente los efectos. Los problemas ambientales y sociales a menudo tienen las mismas raíces y, por ello, deben ser abordados conjuntamente: “Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (Laudato si’, §139). Dependemos de los sistemas naturales para conservar este planeta como nuestro hogar para las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, como el Papa indica, “…no basta pensar en las distintas especies sólo como eventuales «recursos» explotables, olvidando que tienen un valor en sí mismas. Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre (Laudato si’, §33).
6. Necesitamos revertir urgentemente las tendencias más amenazantes de degradación ambiental. Necesitamos alentar un nuevo modelo de progreso que integre la ecología humana y natural, que promueva energías limpias y economías sostenibles. Necesitamos encontrar modos de vida creativos que se concentren en los valores esenciales en lugar de dirigirnos hacia un consumismo absurdo (menos es más); necesitamos un pensamiento realista y esperanzador que haga nuestras vidas más felices, al tiempo que incentive el cuidado del resto de las personas, de los seres vivos y hábitats. Necesitamos que la Ciencia y la Religión trabajen juntas para que ese cambio tan necesario ocurra.
Santuario de Torreciudad, España, 21 de junio de 2016.
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Conservación de la Naturaleza,
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Medio Ambiente
Sobre transgénicos
"Transgénicos, emociones, dogmas y Greenpeace" es el título del artículo publicado por Nicolás Jouve, presidente de la Asociación Civica.
Este es el enlace.
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jueves, 1 de septiembre de 2016
Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación
Usemos misericordia con nuestra casa común
En unión con los hermanos y hermanas ortodoxos, y con la adhesión de otras Iglesias y Comunidades cristianas, la Iglesia católica celebra hoy la anual «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación». La jornada pretende ofrecer «a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos».
Es muy alentador que la preocupación por el futuro de nuestro planeta sea compartida por las Iglesias y las Comunidades cristianas junto a otras religiones. En efecto, en los últimos años, muchas iniciativas han sido emprendidas por las autoridades religiosas y otras organizaciones para sensibilizar en mayor medida a la opinión pública sobre los peligros del uso irresponsable del planeta. Quisiera aquí mencionar al Patriarca Bartolomé y a su predecesor Demetrio, que durante muchos años se han pronunciado constantemente contra el pecado de causar daños a la creación, poniendo la atención sobre la crisis moral y espiritual que está en la base de los problemas ambientales y de la degradación. Respondiendo a la creciente atención por la integridad de la creación, la Tercera Asamblea Ecuménica Europea (Sibiu 2007) proponía celebrar un «Tiempo para la creación», con una duración de cinco semanas entre el 1 de septiembre (memoria ortodoxa de la divina creación) y el 4 de octubre (memoria de Francisco de Asís en la Iglesia católica y en algunas otras tradiciones occidentales). Desde aquel momento dicha iniciativa, con el apoyo del Consejo Mundial de las Iglesias, ha inspirado muchas actividades ecuménicas en diversos lugares.
Debe ser también un motivo de alegría que, en todo el mundo, iniciativas parecidas que promueven la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable con la sociedad, están fomentando el encuentro entre personas, sobre todo jóvenes, de diversos contextos religiosos. Los Cristianos y los no cristianos, las personas de fe y de buena voluntad, hemos de estar unidos en el demostrar misericordia con nuestra casa común la tierra y valorizar plenamente el mundo en el cual vivimos como lugar del compartir y de comunión.
1. La tierra grita…
Con este Mensaje, renuevo el diálogo con «toda persona que vive en este planeta» respecto a los sufrimientos que afligen a los pobres y la devastación del medio ambiente. Dios nos hizo el don de un jardín exuberante, pero lo estamos convirtiendo en una superficie contaminada de «escombros, desiertos y suciedad» (Laudato si’, 161). No podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, a menudo provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas. «Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho» (ibíd., 33).
El planeta continúa a calentarse, en parte a causa de la actividad humana: el 2015 ha sido el año más caluroso jamás registrado y probablemente el 2016 lo será aún más. Esto provoca sequía, inundaciones, incendios y fenómenos meteorológicos extremos cada vez más graves. Los cambios climáticos contribuyen también a la dolorosa crisis de los emigrantes forzosos. Los pobres del mundo, que son los menos responsables de los cambios climáticos, son los más vulnerables y sufren ya los efectos.
Como subraya la ecología integral, los seres humanos están profundamente unidos unos a otros y a la creación en su totalidad. Cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos. Al mismo tiempo, cada criatura tiene su propio valor intrínseco que debe ser respetado. Escuchemos «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (ibíd., 49), y busquemos comprender atentamente cómo poder asegurar una respuesta adecuada y oportuna.
2. …porque hemos pecado
Dios nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla (cf. Gn. 2,15) con respeto y equilibrio. Cultivarla «demasiado» esto es abusando de ella de modo miope y egoísta, y guardarla poco es pecado.
Con valentía, el querido Patriarca Bartolomé, repetidamente y proféticamente, ha puesto de manifiesto nuestros pecados contra la creación: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todo esto es pecado». Porque «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios».
Ante lo que está sucediendo en nuestra casa, que el Jubileo de la Misericordia pueda llamar de nuevo a los fieles cristianos «a una profunda conversión interior» (Laudato si’, 217), sostenida particularmente por el sacramento de la Penitencia. En este Año Jubilar, aprendamos a buscar la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar; y comprometámonos a realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica, que pide una clara toma de conciencia de nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con el prójimo, con la creación y con el creador (cf. ibíd., 10; 229).
3. Examen de conciencia y arrepentimiento
El primer paso en este camino es siempre un examen de conciencia, que «implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos […] También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres» (ibíd., 220).
A este Padre lleno de misericordia y de bondad, que espera el regreso de cada uno de sus hijos, podemos dirigirnos reconociendo nuestros pecados contra la creación, los pobres y las futuras generaciones. «En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación». Este es el primer paso en el camino de la conversión.
En el 2000, también un Año Jubilar, mi predecesor san Juan Pablo II invitó a los católicos a arrepentirse por la intolerancia religiosa pasada y presente, así como por las injusticias cometidas contra los hebreos, las mujeres, los pueblos indígenas, los inmigrantes, los pobres y los no nacidos. En este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, invito a cada uno a hacer lo mismo. Como personas acostumbradas a estilos de vida inducidos por una malentendida cultura del bienestar o por un «deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita» (ibíd., 123), y como partícipes de un sistema que «ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza», arrepintámonos del mal que estamos haciendo a nuestra casa común.
Después de un serio examen de conciencia y llenos de arrepentimiento, podemos confesar nuestros pecados contra el Creador, contra la creación, contra nuestros hermanos y hermanas. «El Catecismo de la Iglesia Católica nos hace ver el confesionario como un lugar en el que la verdad nos hace libres para un encuentro». Sabemos que «Dios es más grande que nuestro pecado», de todos los pecados, incluidos aquellos contra la creación. Allí confesamos porque estamos arrepentidos y queremos cambiar. Y la gracia misericordiosa de Dios que recibimos en el sacramento nos ayudará a hacerlo.
4. Cambiar de ruta
El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico de misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida. Y esto debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas (cf. Laudado si’, 211). No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo. Estas acciones «provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente» (ibíd., 212) y refuerzan «un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo» (ibíd., 222).
Igualmente, el propósito de cambiar de vida debe atravesar el modo en el que contribuimos a construir la cultura y la sociedad de la cual formamos parte: «El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión» (ibíd., 228). La economía y la política, la sociedad y la cultura, no pueden estar dominadas por una mentalidad del corto plazo y de la búsqueda de un inmediato provecho financiero o electoral. Por el contrario, estas deben ser urgentemente reorientadas hacia el bien común, que incluye la sostenibilidad y el cuidado de la creación.
Un caso concreto es el de la «deuda ecológica» entre el norte y el sur del mundo (cf. ibíd., 51-52). Su restitución haría necesario que se tomase cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financiaros y asistencia técnica que les ayuden a gestionar las consecuencias de los cambios climáticos y a promover el desarrollo sostenible.
La protección de la casa común necesita un creciente consenso político. En este sentido, es motivo de satisfacción que en septiembre de 2015 los países del mundo hayan adoptado los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y que, en diciembre de 2015, hayan aprobado el Acuerdo de París sobre los cambios climáticos, que marca el costoso, pero fundamental objetivo de frenar el aumento de la temperatura global. Ahora los Gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que han asumido, mientras las empresas deben hacer responsablemente su parte, y corresponde a los ciudadanos exigir que esto se realice, es más, que se mire a objetivos cada vez más ambiciosos.
Cambiar de ruta significa, por lo tanto, «respetar escrupulosamente el mandamiento originario de preservar la creación de todo mal, ya sea por nuestro bien o por el bien de los demás seres humanos». Una pregunta puede ayudarnos a no perder de vista el objetivo: «¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (Laudato si’, 160).
5. Una nueva obra de misericordia
«Nada une más con Dios que un acto de misericordia, bien sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, o bien de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre».
Parafraseando a Santiago, «la misericordia sin las obras está muerta en sí misma. […] A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: por lo tanto, dejemos espacio a la fantasía de la caridad para encontrar nuevas modalidades de acción. De este modo la vía de la misericordia se hará cada vez más concreta».
La vida cristiana incluye la práctica de las tradicionales obras de misericordia corporales y espirituales. «Solemos pensar en las obras de misericordia de una en una, y en cuanto ligadas a una obra: hospitales para los enfermos, comedores para los que tienen hambre, hospederías para los que están en situación de calle, escuelas para los que tienen que educarse, el confesionario y la dirección espiritual para el que necesita consejo y perdón… Pero, si las miramos en conjunto, el mensaje es que el objeto de la misericordia es la vida humana misma y en su totalidad».
Obviamente «la misma vida humana en su totalidad» incluye el cuidado de la casa común. Por lo tanto, me permito proponer un complemento a las dos listas tradicionales de siete obras de misericordia, añadiendo a cada una el cuidado de la casa común.
Como obra de misericordia espiritual, el cuidado de la casa común precisa de «la contemplación agradecida del mundo» (Laudato si’, 214) que «nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir» (ibíd., 85). Como obra de misericordia corporal, el cuidado de la casa común, necesita «simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo […] y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor» (ibíd., 230-231).
6. En conclusión, oremos
A pesar de nuestros pecados y los tremendos desafíos que tenemos delante, no perdamos la esperanza: «El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado […] porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos» (ibíd., 13;245). El 1 de septiembre en particular, y después durante el resto del año, recemos:
«Oh Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar a los abandonados
y a los olvidados de esta tierra
que son tan valiosos a tus ojos. […]
Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra (ibíd., 246).
Dios de Misericordia, concédenos recibir tu perdón
y de transmitir tu misericordia en toda nuestra casa común.
Alabado seas.
Amen.
Vaticano, 1 de septiembre de 2016
FRANCISCO
En unión con los hermanos y hermanas ortodoxos, y con la adhesión de otras Iglesias y Comunidades cristianas, la Iglesia católica celebra hoy la anual «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación». La jornada pretende ofrecer «a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos».
Es muy alentador que la preocupación por el futuro de nuestro planeta sea compartida por las Iglesias y las Comunidades cristianas junto a otras religiones. En efecto, en los últimos años, muchas iniciativas han sido emprendidas por las autoridades religiosas y otras organizaciones para sensibilizar en mayor medida a la opinión pública sobre los peligros del uso irresponsable del planeta. Quisiera aquí mencionar al Patriarca Bartolomé y a su predecesor Demetrio, que durante muchos años se han pronunciado constantemente contra el pecado de causar daños a la creación, poniendo la atención sobre la crisis moral y espiritual que está en la base de los problemas ambientales y de la degradación. Respondiendo a la creciente atención por la integridad de la creación, la Tercera Asamblea Ecuménica Europea (Sibiu 2007) proponía celebrar un «Tiempo para la creación», con una duración de cinco semanas entre el 1 de septiembre (memoria ortodoxa de la divina creación) y el 4 de octubre (memoria de Francisco de Asís en la Iglesia católica y en algunas otras tradiciones occidentales). Desde aquel momento dicha iniciativa, con el apoyo del Consejo Mundial de las Iglesias, ha inspirado muchas actividades ecuménicas en diversos lugares.
Debe ser también un motivo de alegría que, en todo el mundo, iniciativas parecidas que promueven la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable con la sociedad, están fomentando el encuentro entre personas, sobre todo jóvenes, de diversos contextos religiosos. Los Cristianos y los no cristianos, las personas de fe y de buena voluntad, hemos de estar unidos en el demostrar misericordia con nuestra casa común la tierra y valorizar plenamente el mundo en el cual vivimos como lugar del compartir y de comunión.
1. La tierra grita…
Con este Mensaje, renuevo el diálogo con «toda persona que vive en este planeta» respecto a los sufrimientos que afligen a los pobres y la devastación del medio ambiente. Dios nos hizo el don de un jardín exuberante, pero lo estamos convirtiendo en una superficie contaminada de «escombros, desiertos y suciedad» (Laudato si’, 161). No podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, a menudo provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas. «Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho» (ibíd., 33).
El planeta continúa a calentarse, en parte a causa de la actividad humana: el 2015 ha sido el año más caluroso jamás registrado y probablemente el 2016 lo será aún más. Esto provoca sequía, inundaciones, incendios y fenómenos meteorológicos extremos cada vez más graves. Los cambios climáticos contribuyen también a la dolorosa crisis de los emigrantes forzosos. Los pobres del mundo, que son los menos responsables de los cambios climáticos, son los más vulnerables y sufren ya los efectos.
Como subraya la ecología integral, los seres humanos están profundamente unidos unos a otros y a la creación en su totalidad. Cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos. Al mismo tiempo, cada criatura tiene su propio valor intrínseco que debe ser respetado. Escuchemos «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (ibíd., 49), y busquemos comprender atentamente cómo poder asegurar una respuesta adecuada y oportuna.
2. …porque hemos pecado
Dios nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla (cf. Gn. 2,15) con respeto y equilibrio. Cultivarla «demasiado» esto es abusando de ella de modo miope y egoísta, y guardarla poco es pecado.
Con valentía, el querido Patriarca Bartolomé, repetidamente y proféticamente, ha puesto de manifiesto nuestros pecados contra la creación: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todo esto es pecado». Porque «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios».
Ante lo que está sucediendo en nuestra casa, que el Jubileo de la Misericordia pueda llamar de nuevo a los fieles cristianos «a una profunda conversión interior» (Laudato si’, 217), sostenida particularmente por el sacramento de la Penitencia. En este Año Jubilar, aprendamos a buscar la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar; y comprometámonos a realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica, que pide una clara toma de conciencia de nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con el prójimo, con la creación y con el creador (cf. ibíd., 10; 229).
3. Examen de conciencia y arrepentimiento
El primer paso en este camino es siempre un examen de conciencia, que «implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos […] También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres» (ibíd., 220).
A este Padre lleno de misericordia y de bondad, que espera el regreso de cada uno de sus hijos, podemos dirigirnos reconociendo nuestros pecados contra la creación, los pobres y las futuras generaciones. «En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación». Este es el primer paso en el camino de la conversión.
En el 2000, también un Año Jubilar, mi predecesor san Juan Pablo II invitó a los católicos a arrepentirse por la intolerancia religiosa pasada y presente, así como por las injusticias cometidas contra los hebreos, las mujeres, los pueblos indígenas, los inmigrantes, los pobres y los no nacidos. En este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, invito a cada uno a hacer lo mismo. Como personas acostumbradas a estilos de vida inducidos por una malentendida cultura del bienestar o por un «deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita» (ibíd., 123), y como partícipes de un sistema que «ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza», arrepintámonos del mal que estamos haciendo a nuestra casa común.
Después de un serio examen de conciencia y llenos de arrepentimiento, podemos confesar nuestros pecados contra el Creador, contra la creación, contra nuestros hermanos y hermanas. «El Catecismo de la Iglesia Católica nos hace ver el confesionario como un lugar en el que la verdad nos hace libres para un encuentro». Sabemos que «Dios es más grande que nuestro pecado», de todos los pecados, incluidos aquellos contra la creación. Allí confesamos porque estamos arrepentidos y queremos cambiar. Y la gracia misericordiosa de Dios que recibimos en el sacramento nos ayudará a hacerlo.
4. Cambiar de ruta
El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico de misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida. Y esto debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas (cf. Laudado si’, 211). No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo. Estas acciones «provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente» (ibíd., 212) y refuerzan «un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo» (ibíd., 222).
Igualmente, el propósito de cambiar de vida debe atravesar el modo en el que contribuimos a construir la cultura y la sociedad de la cual formamos parte: «El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión» (ibíd., 228). La economía y la política, la sociedad y la cultura, no pueden estar dominadas por una mentalidad del corto plazo y de la búsqueda de un inmediato provecho financiero o electoral. Por el contrario, estas deben ser urgentemente reorientadas hacia el bien común, que incluye la sostenibilidad y el cuidado de la creación.
Un caso concreto es el de la «deuda ecológica» entre el norte y el sur del mundo (cf. ibíd., 51-52). Su restitución haría necesario que se tomase cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financiaros y asistencia técnica que les ayuden a gestionar las consecuencias de los cambios climáticos y a promover el desarrollo sostenible.
La protección de la casa común necesita un creciente consenso político. En este sentido, es motivo de satisfacción que en septiembre de 2015 los países del mundo hayan adoptado los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y que, en diciembre de 2015, hayan aprobado el Acuerdo de París sobre los cambios climáticos, que marca el costoso, pero fundamental objetivo de frenar el aumento de la temperatura global. Ahora los Gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que han asumido, mientras las empresas deben hacer responsablemente su parte, y corresponde a los ciudadanos exigir que esto se realice, es más, que se mire a objetivos cada vez más ambiciosos.
Cambiar de ruta significa, por lo tanto, «respetar escrupulosamente el mandamiento originario de preservar la creación de todo mal, ya sea por nuestro bien o por el bien de los demás seres humanos». Una pregunta puede ayudarnos a no perder de vista el objetivo: «¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (Laudato si’, 160).
5. Una nueva obra de misericordia
«Nada une más con Dios que un acto de misericordia, bien sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, o bien de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre».
Parafraseando a Santiago, «la misericordia sin las obras está muerta en sí misma. […] A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: por lo tanto, dejemos espacio a la fantasía de la caridad para encontrar nuevas modalidades de acción. De este modo la vía de la misericordia se hará cada vez más concreta».
La vida cristiana incluye la práctica de las tradicionales obras de misericordia corporales y espirituales. «Solemos pensar en las obras de misericordia de una en una, y en cuanto ligadas a una obra: hospitales para los enfermos, comedores para los que tienen hambre, hospederías para los que están en situación de calle, escuelas para los que tienen que educarse, el confesionario y la dirección espiritual para el que necesita consejo y perdón… Pero, si las miramos en conjunto, el mensaje es que el objeto de la misericordia es la vida humana misma y en su totalidad».
Obviamente «la misma vida humana en su totalidad» incluye el cuidado de la casa común. Por lo tanto, me permito proponer un complemento a las dos listas tradicionales de siete obras de misericordia, añadiendo a cada una el cuidado de la casa común.
Como obra de misericordia espiritual, el cuidado de la casa común precisa de «la contemplación agradecida del mundo» (Laudato si’, 214) que «nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir» (ibíd., 85). Como obra de misericordia corporal, el cuidado de la casa común, necesita «simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo […] y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor» (ibíd., 230-231).
6. En conclusión, oremos
A pesar de nuestros pecados y los tremendos desafíos que tenemos delante, no perdamos la esperanza: «El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado […] porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos» (ibíd., 13;245). El 1 de septiembre en particular, y después durante el resto del año, recemos:
«Oh Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar a los abandonados
y a los olvidados de esta tierra
que son tan valiosos a tus ojos. […]
Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra (ibíd., 246).
Dios de Misericordia, concédenos recibir tu perdón
y de transmitir tu misericordia en toda nuestra casa común.
Alabado seas.
Amen.
Vaticano, 1 de septiembre de 2016
FRANCISCO
miércoles, 31 de agosto de 2016
El acceso al agua potable es un problema de justicia social
El Papa ha denunciado ante científicos que el acceso al agua potable es un problema de "justicia social" y ha elogiado la labor de los que se ocupan de la "compleja y maravillosa actividad de escrutar el universo, don incomparable del Creador".
Francisco ha hecho estas consideraciones durante la audiencia a los participantes de la Escuela de verano de Astronomía del Observatorio Vaticano, organizado por la orden de los Jesuitas.
Para el Papa la cualificada participación de personas procedentes de "varios países y diferentes culturas" es la prueba de cómo la "diversidad puede enriquecer también el trabajo de investigación en el ámbito científico".
Sobre el deseo de comprender el universo ha destacado que es algo "común a hombres y mujeres que viven en contextos culturales y religiosos diferentes".
El tema de estudio es el agua en el sistema solar y el Papa ha incidido en lo "esencial que es el agua en la tierra". Y ha agregado: "El agua nos fascina con su poder y al mismo tiempo con su humildad". Así ha denunciado que hoy el acceso al agua pura es un problema de justicia social".
El papa León XIII fundó el Observatorio Vaticano en 1891, hace 125 años. Francisco ha señalado que en estos años, esta institución científica ha realizado "las finalidades para la que ha sido querida, sirviéndose de nuevos instrumentos, como también del diálogo y del debate con otros centros de investigación".
Francisco ha hecho estas consideraciones durante la audiencia a los participantes de la Escuela de verano de Astronomía del Observatorio Vaticano, organizado por la orden de los Jesuitas.
Para el Papa la cualificada participación de personas procedentes de "varios países y diferentes culturas" es la prueba de cómo la "diversidad puede enriquecer también el trabajo de investigación en el ámbito científico".
Sobre el deseo de comprender el universo ha destacado que es algo "común a hombres y mujeres que viven en contextos culturales y religiosos diferentes".
El tema de estudio es el agua en el sistema solar y el Papa ha incidido en lo "esencial que es el agua en la tierra". Y ha agregado: "El agua nos fascina con su poder y al mismo tiempo con su humildad". Así ha denunciado que hoy el acceso al agua pura es un problema de justicia social".
El papa León XIII fundó el Observatorio Vaticano en 1891, hace 125 años. Francisco ha señalado que en estos años, esta institución científica ha realizado "las finalidades para la que ha sido querida, sirviéndose de nuevos instrumentos, como también del diálogo y del debate con otros centros de investigación".
Jornada de oración por el cuidado de la creación
SÁBADO 3 SEPTIEMBRE 2016
-“Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana” (Papa Francisco LS 217).
-“Un grito de alarma por el desastre climático que afecta cotidianamente a los hombres y la naturaleza; la propuesta de la vía del ascetismo y la sobriedad en el uso de los bienes terrenos y de la energía; la proclamación del Evangelio para sanar el corazón humano que ha hecho el mundo un depósito de basura”. (Mensaje del Patriarca Ecuménico ortodoxo Bartolomé I para JMOCC. 2015).
Hermanas y hermanos en Cristo
Con el telón de fondo de su Encíclica Laudato Si, el Papa Francisco - compartiendo con el Patriarca Ecuménico Bartolomé la preocupación por el futuro de la creación – decidió el año pasado instituir también en la Iglesia Católica la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», uniéndose a la fecha fijada por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla desde 1989.
Según el papa Francisco, esta jornada ofrecerá “a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos” y contribuirá “como Iglesia a superar la mayor Crisis ecológica que vive la humanidad y hacerlo desde una profunda Conversión espiritual y ecológica”, posibilitando “un momento intenso de oración, reflexión, conversión y asunción de estilos de vida coherentes”. (Carta de institucionalización del papa Francisco de la JMOCC. 6 de agosto de 2015)
La invitación en esta jornada es a mirar la naturaleza con otros ojos, a escucharla con otro oído, a olerla con nuevos aromas, a tocarla con manos suaves, a gustarla y disfrutarla con todos los sentidos. Hace siglos ya, Francisco de Asís le atribuyó a la naturaleza esa cualidad de “sujeto de derechos”, la llamó nuestra hermana. Abusada y explotada, cuidémosla y amémosla, en nuestro día a día, en las pequeñas cosas y en los grandes consumos, que la agotan.
Recibid un abrazo de Comunión universal y ecológica y “elevamos nuestra ferviente oración para que el Señor conceda el don de la paz en el amor y la unidad a toda la familia humana”. (Declaración conjunta papa Francisco y Bartolomé I patriarca ecuménico. 2014)
Comisión Mixta
La Comisión Mixta la forman: Asamblea Episcopal Ortodoxa de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y la Iglesia Ortodoxa Rumana), la Iglesia Siro-Ortodoxa de Antioquía, el Arzobispado Católico Romano de Madrid (Vicaria de Pastoral Social e Invocación, Justicia y Paz, iniciativa de comunión Ubuntu), Parroquia de Santa Cristina, Compañía de Jesús, Grupo Cristianismo y Ecología, Movimiento Scouts de España, PP. Capuchinos de Madrid (CONFER Madrid).
- “No podemos hacernos los sordos ante la mayor crisis ambiental de la historia. Entre los pobres más maltratado está nuestra tierra”. (Discurso del papa Francisco en ChiapasMéxico Febrero 2016)
-“Cometer un crimen contra la naturaleza es un pecado. Para los seres humanos que hacen que las especies se extingan y destruir la diversidad biológica de la creación de Dios; para los seres humanos que degradan la integridad de la Tierra, causando cambios en el clima y despojando a la tierra de sus bosques naturales y de sus humedales; para los seres humanos … que contaminan las aguas de la Tierra, su terreno, aire, y en definitiva, su vida, con sustancias venenosas– todos estos (actos) son pecados.” (Patriarca Ecuménico ortodoxo Bartolomé I. 1997 en Estados Unidos)
-“No es demasiado tarde. El mundo de Dios tiene poderes curativos increíbles. En una sola generación, podríamos dirigir la tierra hacia el futuro de nuestros hijos. Pero esa generación ha de empezar ahora.” (Declaración conjunta del Patriarca ecuménico ortodoxo Bartolomé I con el papa Juan Pablo II en el IV Simposio Ecológico, en el mar en Venecia en junio de 2002)
PROGRAMA PRIMERA PARTE:
DE 17:30 A 19:30H 17:30h: Acogida con limonada natural incluida
18:00h: Bienvenida y presentación del acto 18:15h: MESA REDONDA: Visión actual de la Ecología Ponentes: Archimandrita Padre Demetrio R. Saez (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), Jose Eizaguirre (Biotropía y Grupo Cristianismo y Ecología) y Yayo Herrero (Ecologistas en Acción) SEGUNDA PARTE:
DE 20:00H A 21:15 H 19,30h: Marcharemos juntos desde la parroquia hasta el Cerro de la Torrecilla, en la Casa de Campo, junto al lago y las pistas de tenis. Metro Lago, línea 10
20h: ORACIÓN ECUMÉNICA: Presidirán el acto: el Arzobispo Monseñor Carlos Osoro (Iglesia Católica Romana), el Metropolita Monseñor Policarpo (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), el Obispo Ortodoxo Rumano Monseñor Timotei y el Arzobispo Siro-Ortoxo Nicolaos Matti. Con la participación del grupo musical AIN KAREM LUGAR: PARROQUIA DE SANTA CRISTINA, Paseo de Extremadura, 32. Madrid. (Metro Puerta del Angel, línea 6).
Contacto: Teléfono: 619.285.243 E-mail: ecumenismo@juspax-es.org Rogamos confirmar asistencia al correo electrónico
lunes, 18 de julio de 2016
Materiales del curso "En busca de la verdad, el cuidado de la casa común"
Todo el material escrito y los audios puedes encontrarlos en el blog de la Delegación de Fe y Cultura de la Diócesis de Coria-Cáceres:
Enlace
lunes, 30 de mayo de 2016
En busca de la verdad: 'El cuidado de la Casa Común' V Aula de verano de fe y cultura
Una de las sorpresas del pontificado del Papa Francisco ha sido la publicación de la encíclica ‘Laudato si’ sobre el cuidado de la Casa Común en la que aborda el problema ecológico a la luz de una razón iluminada por la fe.
Este hecho nos ha parecido que era un buen motivo para dedicar nuestra Aula de Verano a la profundización en este problema que cada vez va presentando perfiles más preocupantes y amenazantes: residuos, contaminación, agotamiento de recursos, cambio climático,…
El Papa no se ha quedado en un mero análisis superficial, de síntomas, sino que ha profundizado en las actitudes humanas que están en la raíz del problema: consumismo, afán exclusivo de lucro, corrupción, individualismo, materialismo… Y en las consecuencias negativas que provocan: paro, migraciones, masificación, pobreza, explotación,…
Recogiendo los perfiles que se muestran en esta Encíclica hemos procurado que en nuestro programa estén presentes todos ellos; es decir, no sólo hacer una revisión al estado de nuestro planeta sino también a los hombres que lo habitan y gobiernan.
Por ello, tenemos tres bloques de análisis: el que toma el pulso al estado de nuestro planeta con temas como: ecosistemas, recursos, calentamiento global y sus consecuencias, la contaminación del agua y la atmósfera,… desde la acción irresponsable del hombre.
En el segundo bloque veremos las acciones políticas, financieras, económicas que generan este deterioro de la naturaleza y los conflictos y desigualdades entre los hombres.
Finalmente, en un tercer bloque, el papel de los medios de comunicación social, la familia, la escuela y otras entidades en la creación de una cultura ecológica.
Y todo ello con el estilo que se muestra también en la Encíclica: ver, juzgar y actuar. Por ello veremos en nuestro programa actividades de diverso tipo: unas que buscan la descripción de los problemas, otras que tratan de encontrar las razones y, por último, las que pretenden mostrar propuestas y realidades transformadoras.
Como en las ediciones anteriores del Aula de Verano, la Delegación Diocesana de fe y cultura de Coria – Cáceres quiere guiarse por el lema “En busca de la verdad”, siguiendo la doctrina de Benedicto XVI, y siendo conscientes de que la Verdad no es ambigua ni relativa, sino que reside en la inteligencia preexistente a nosotros con que Dios crea el mundo.
Todo ello lo haremos en un entorno de diálogo abierto a todos los públicos, especialmente a cristianos comprometidos y jóvenes universitarios, que están llamados a entrar en diálogo con una sociedad en la que muy probablemente se sentirán en minoría.
Como viene siendo tradicional, el marco para nuestras jornadas de reflexión estivales será la ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, que supone un privilegio añadido. No faltan actividades culturales y un clima de convivencia distendido entre ponentes y participantes que nos permitirán vivir intensa y fructíferamente estas jornadas.
Más información
Este hecho nos ha parecido que era un buen motivo para dedicar nuestra Aula de Verano a la profundización en este problema que cada vez va presentando perfiles más preocupantes y amenazantes: residuos, contaminación, agotamiento de recursos, cambio climático,…
El Papa no se ha quedado en un mero análisis superficial, de síntomas, sino que ha profundizado en las actitudes humanas que están en la raíz del problema: consumismo, afán exclusivo de lucro, corrupción, individualismo, materialismo… Y en las consecuencias negativas que provocan: paro, migraciones, masificación, pobreza, explotación,…
Recogiendo los perfiles que se muestran en esta Encíclica hemos procurado que en nuestro programa estén presentes todos ellos; es decir, no sólo hacer una revisión al estado de nuestro planeta sino también a los hombres que lo habitan y gobiernan.
Por ello, tenemos tres bloques de análisis: el que toma el pulso al estado de nuestro planeta con temas como: ecosistemas, recursos, calentamiento global y sus consecuencias, la contaminación del agua y la atmósfera,… desde la acción irresponsable del hombre.
En el segundo bloque veremos las acciones políticas, financieras, económicas que generan este deterioro de la naturaleza y los conflictos y desigualdades entre los hombres.
Finalmente, en un tercer bloque, el papel de los medios de comunicación social, la familia, la escuela y otras entidades en la creación de una cultura ecológica.
Y todo ello con el estilo que se muestra también en la Encíclica: ver, juzgar y actuar. Por ello veremos en nuestro programa actividades de diverso tipo: unas que buscan la descripción de los problemas, otras que tratan de encontrar las razones y, por último, las que pretenden mostrar propuestas y realidades transformadoras.
Como en las ediciones anteriores del Aula de Verano, la Delegación Diocesana de fe y cultura de Coria – Cáceres quiere guiarse por el lema “En busca de la verdad”, siguiendo la doctrina de Benedicto XVI, y siendo conscientes de que la Verdad no es ambigua ni relativa, sino que reside en la inteligencia preexistente a nosotros con que Dios crea el mundo.
Todo ello lo haremos en un entorno de diálogo abierto a todos los públicos, especialmente a cristianos comprometidos y jóvenes universitarios, que están llamados a entrar en diálogo con una sociedad en la que muy probablemente se sentirán en minoría.
Como viene siendo tradicional, el marco para nuestras jornadas de reflexión estivales será la ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, que supone un privilegio añadido. No faltan actividades culturales y un clima de convivencia distendido entre ponentes y participantes que nos permitirán vivir intensa y fructíferamente estas jornadas.
Más información
Atlas de la Justicia Ambiental
No están todos los que son, pero los que están dan buena muestra del reguero de conflictos medioambientales que, como pequeños tumores, se extienden a lo largo y ancho de un planeta enfermo.
Algunos son bien conocidos -aunque no por ello están resueltos- como la contaminación del Delta del Níger por las actividades de la petrolera Shell en Nigeria, las miles de víctimas de la catástrofe en la fábrica de pesticidas de Bhopal, en India; el proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, en Honduras, por el que fue asesinada la activista indígena Berta Cáceres y su compañero Nelson García hace sólo unos meses; o la deforestación salvaje de las selvas de Indonesia para producir aceite de Palma. Pero hay cientos de casos más repartidos por otras muchas coordenadas del globo, relacionados con la energía nuclear, la extracción de minerales, la construcción, el acaparamiento de tierras, los proyectos turísticos o la gestión de residuos, entre otros.
“Lo hacemos para demostrar que no son casos aislados, sino que en todos lados cuecen habas. Pero en realidad nadie sabe cuántos conflictos hay en el mundo, cuanto más bajas la escala, más conflictos aparecen”, explica el catedrático en Economía e Historia Joan Martínez Alier. Él es el coordinador delAtlas de la Justicia Ambiental, un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona con financiación del Consejo de Investigación Europeo puesto en marcha por un equipo de investigadores que pretende documentar y dar visibilidad a una problemática creciente.
Por el momento, el atlas recoge 1746 casos, pero el objetivo, asegura Martínez Alier, es llegar a incluir hasta 3.000 conflictos. “Si miras el mapa China está bastante vacía. No porque no existan conflictos allí, sino porque no damos abasto”, reconoce. El equipo español trabaja en coordinación con investigadores en otros lados del mundo para escoger qué casos se incluyen. No buscan que queden reflejados todos y cada uno, porque saben que eso es inabarcable, sino que haya cierta proporcionalidad entre las diferentes áreas geográficas.
El atlas permite un vistazo general o hacer una búsqueda filtrando por países, por tipos de conflicto, por empresas implicadas o por los diferentes tipos de impactos que han provocado. Cada uno de los casos aparece asimismo documentado con una extensa ficha que incluye fotografías, una descripción general, fechas, actores implicados, consecuencias estudiadas y enlaces de interés. El proyecto contempla también otros mapas específicos sobre casos muy destacados como los conflictos de la petrolera Chevron, el fracking o la extracción de minerales en América Latina.
“Este mapa nos permite poner sobre la mesa la deuda ecológica entre quienes se aprovechan de los recursos y quienes sufren los impactos”, señala Samuel Martín-Sosa, responsable de Internacional de Ecologistas en Acción, que colabora con el proyecto.
Con los casos recogidos hasta ahora, India aparece como el país más afectado, con 223 conflictos, seguido de Colombia (117), Nigeria (73) y Estados Unidos (69). Por tipo de conflicto, es el acaparamiento de tierras el que provoca más problemas, con 454 casos; así como los proyectos mineros (323) o el derecho por el acceso al agua (287). Por empresas, las petroleras se llevan la palma: Shell ha provocado 42 concflictos, Nigerian National Petroleum Corporation 41 y Chevron 31. Pero hay otras como Monsanto, con 20 casos, o las españolas Sacyr (12) y Endesa (10).
En el caso español se han documentado 60 conflictos escogidos en función de su importancia geográfica, su representación histórica o atendiendo a la diversidad de su tipología, explica Amaranta Herrero, coordinadora de los casos españoles.
“En realidad siempre hay más conflictos de los representados. Cada central nuclear tiene su conflicto, pero no están recogidos todos”, señala Herrero, que advierte de que se debe tomar el atlas como “un botón de muestra” de lo que hay.
Así, en España se han documentado, por ejemplo, los casos de la mina de Aznalcóllar, en Andalucía; el del almacén de gas Castor, en Vinaròs; el de los fosfoyesos radiactivos del polo químico de Huelva; la protección del lobo ibérico, el trasvase Tajo-Segura, los transgénicos en Aragón y Catalunya o el aeropuerto de Ciudad Real.
Algunos son bien conocidos -aunque no por ello están resueltos- como la contaminación del Delta del Níger por las actividades de la petrolera Shell en Nigeria, las miles de víctimas de la catástrofe en la fábrica de pesticidas de Bhopal, en India; el proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, en Honduras, por el que fue asesinada la activista indígena Berta Cáceres y su compañero Nelson García hace sólo unos meses; o la deforestación salvaje de las selvas de Indonesia para producir aceite de Palma. Pero hay cientos de casos más repartidos por otras muchas coordenadas del globo, relacionados con la energía nuclear, la extracción de minerales, la construcción, el acaparamiento de tierras, los proyectos turísticos o la gestión de residuos, entre otros.
“Lo hacemos para demostrar que no son casos aislados, sino que en todos lados cuecen habas. Pero en realidad nadie sabe cuántos conflictos hay en el mundo, cuanto más bajas la escala, más conflictos aparecen”, explica el catedrático en Economía e Historia Joan Martínez Alier. Él es el coordinador delAtlas de la Justicia Ambiental, un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona con financiación del Consejo de Investigación Europeo puesto en marcha por un equipo de investigadores que pretende documentar y dar visibilidad a una problemática creciente.
Por el momento, el atlas recoge 1746 casos, pero el objetivo, asegura Martínez Alier, es llegar a incluir hasta 3.000 conflictos. “Si miras el mapa China está bastante vacía. No porque no existan conflictos allí, sino porque no damos abasto”, reconoce. El equipo español trabaja en coordinación con investigadores en otros lados del mundo para escoger qué casos se incluyen. No buscan que queden reflejados todos y cada uno, porque saben que eso es inabarcable, sino que haya cierta proporcionalidad entre las diferentes áreas geográficas.
El atlas permite un vistazo general o hacer una búsqueda filtrando por países, por tipos de conflicto, por empresas implicadas o por los diferentes tipos de impactos que han provocado. Cada uno de los casos aparece asimismo documentado con una extensa ficha que incluye fotografías, una descripción general, fechas, actores implicados, consecuencias estudiadas y enlaces de interés. El proyecto contempla también otros mapas específicos sobre casos muy destacados como los conflictos de la petrolera Chevron, el fracking o la extracción de minerales en América Latina.
“Este mapa nos permite poner sobre la mesa la deuda ecológica entre quienes se aprovechan de los recursos y quienes sufren los impactos”, señala Samuel Martín-Sosa, responsable de Internacional de Ecologistas en Acción, que colabora con el proyecto.
Con los casos recogidos hasta ahora, India aparece como el país más afectado, con 223 conflictos, seguido de Colombia (117), Nigeria (73) y Estados Unidos (69). Por tipo de conflicto, es el acaparamiento de tierras el que provoca más problemas, con 454 casos; así como los proyectos mineros (323) o el derecho por el acceso al agua (287). Por empresas, las petroleras se llevan la palma: Shell ha provocado 42 concflictos, Nigerian National Petroleum Corporation 41 y Chevron 31. Pero hay otras como Monsanto, con 20 casos, o las españolas Sacyr (12) y Endesa (10).
En el caso español se han documentado 60 conflictos escogidos en función de su importancia geográfica, su representación histórica o atendiendo a la diversidad de su tipología, explica Amaranta Herrero, coordinadora de los casos españoles.
“En realidad siempre hay más conflictos de los representados. Cada central nuclear tiene su conflicto, pero no están recogidos todos”, señala Herrero, que advierte de que se debe tomar el atlas como “un botón de muestra” de lo que hay.
Así, en España se han documentado, por ejemplo, los casos de la mina de Aznalcóllar, en Andalucía; el del almacén de gas Castor, en Vinaròs; el de los fosfoyesos radiactivos del polo químico de Huelva; la protección del lobo ibérico, el trasvase Tajo-Segura, los transgénicos en Aragón y Catalunya o el aeropuerto de Ciudad Real.
Fuente: www.publico.es
lunes, 16 de mayo de 2016
Mesa redonda Laudato Si'
La segunda encíclica del Papa Francisco “Laudato si’. Sobre el cuidado de la casa común” fue firmada el 24 de mayo de 2015. Un año después de esta encíclica histórica y tras la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015, hacemos balance del impacto que ha tenido el documento en la sociedad española a través de un diálogo que incorpore voces de distintos ámbitos (religioso, político, científico, académico…).
Participan en la mesa redonda: Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid; Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente (2004-2008) y miembro de Global Ocean Commission;Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, rector de la Academia Pontificia de las Ciencias;Carlos del Álamo, vicepresidente de TYPSA y exconsejero de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia; Pedro Linares, vicerrector de la Universidad Pontificia de Comillas; Marco Gordillo, coordinador de campañas de Manos Unidas; María José Pou, profesora del Grado en Periodismo, Universidad UCH-CEU; y Teresa Ribera, directora de IDDRI y presidenta del Consejo Asesor de REDS.
Asimismo, se presentará el MOOC (Massive Online Open Course) Laudato sì. On care for our common home, mini-curso de la plataforma educativa digital SDSN.edu. El curso ha sido traducido recientemente al español con el apoyo del Instituto IDEAS – Universidad Cardenal Herrera CEU.
Fecha y hora: 25 de mayo a las 18:00h
Lugar: Abertis, Paseo Castellana, 39, Madrid
Cómo llegar: Metro Rubén Darío (L5), autobuses 5, 14, 27, 45, 150
Organiza: Red Española para el Desarrollo Sostenible
Con la colaboración de: Abertis, Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Instituto IDEAS – Universidad Cardenal Herrera CEU
Participan en la mesa redonda: Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid; Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente (2004-2008) y miembro de Global Ocean Commission;Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, rector de la Academia Pontificia de las Ciencias;Carlos del Álamo, vicepresidente de TYPSA y exconsejero de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia; Pedro Linares, vicerrector de la Universidad Pontificia de Comillas; Marco Gordillo, coordinador de campañas de Manos Unidas; María José Pou, profesora del Grado en Periodismo, Universidad UCH-CEU; y Teresa Ribera, directora de IDDRI y presidenta del Consejo Asesor de REDS.
Asimismo, se presentará el MOOC (Massive Online Open Course) Laudato sì. On care for our common home, mini-curso de la plataforma educativa digital SDSN.edu. El curso ha sido traducido recientemente al español con el apoyo del Instituto IDEAS – Universidad Cardenal Herrera CEU.
Fecha y hora: 25 de mayo a las 18:00h
Lugar: Abertis, Paseo Castellana, 39, Madrid
Cómo llegar: Metro Rubén Darío (L5), autobuses 5, 14, 27, 45, 150
Organiza: Red Española para el Desarrollo Sostenible
Con la colaboración de: Abertis, Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Instituto IDEAS – Universidad Cardenal Herrera CEU
martes, 12 de abril de 2016
El cambio climático modifica el eje de rotación de la Tierra
Interesante y sorprendente artículo, sobre cómo el cambio climático modifica el eje de rotación de la Tierra.
Enlace (La Vanguardia)
Enlace (La Vanguardia)
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Medio Ambiente
lunes, 4 de abril de 2016
Parque Nacional Torres de Paine (Chile)
Aquí os dejo esta presentación sobre el Parque Nacional Torres de Paine (Chile), que merece la pena conocer.
Enlace presentación
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Conservación de la Naturaleza,
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Riesgo de la deforestación para el pueblo pigmeo
Aquí os dejo un artículo de El Español en el que se habla del riesgo que supone la deforestación para el pueblo pigmeo.
Enlace noticia
jueves, 17 de marzo de 2016
Desastres naturales
Dejamos un artículo sobre las víctimas de los desastres naturales, sacado de la revista de Manos Unidas.
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lunes, 14 de marzo de 2016
Motor elevador de voltaje
Nos llega información sobre esta iniciativa que no parece interesante, y por eso le damos difusión.
El proyecto Mev surgió de la necesidad de encontrar una fuente de energía limpia, económica y de la lógica ocupación de un grupo de personas involucradas en el crecimiento personal para otros, familiares y amigos.
El inventor Felipe Peña, en el año 2008 se quedó sin trabajo pero afortunadamente le llego a sus manos un libro de física y había estudiado de joven en la FP electricidad para ocupar su tiempo se dedicó a hacer pruebas con motores eléctricos, hasta que dio con el invento de motor elevador de voltaje, después de aquel hallazgo, presento la patente pero no se la aprobaron, pasaron varios años y se había gastado el dinero, tuvo que buscar ayuda económica en amigos y así es como conoció a su socio Vicente Lucia, pero yo quería que este invento saliera de inmediato y conocía personas con experiencia en el mundo del inventor, y le presente una persona para que patentaran el invento, paso el tiempo y quise saber que sucedía, y Felipe me contó que estaba todo parado, hasta que finalmente le hice una visita a su casa y nos conocimos. Yo tenía experiencia en electricidad y Felipe me mostró su invento y convenimos en hacer un modelo de utilidad que tiene básicamente una cobertura muy parecida a la patente, En julio del 2015 fue concedido el modelo de utilidad. Más tarde entramos en contacto con otro miembro del grupo Enrique Guardiola, el cual entusiasmado nos entregó todo su apoyo y Dios dispuso que este, al día siguiente de ponernos en contacto, fuera a un taller que había preparado sin conocimiento previo dl proyecto MEV, lo cual nos asombró a nosotros muchísimo, era algo inesperado, pero que fue como una bendición y dio comienzo el proyecto MEV.
Este es el proyecto MEV en grupo, pero la necesidad llega por la ocupación de la sanidad del medio ambiente, La energía fósil y el consumo occidental ha derivado en calentamiento global. El MEV (Motor Elevador de Voltaje), es un motor como su nombre indica que aumenta el voltaje, con la particularidad aproximadamente de que por cada 1 vatio él es capaz de transformarlo en 2 vatios, gracias al electromagnetismo y la energía cinética. Como pueden comprobar obtenemos 1 vatio de más, significa que es auto-suficiente y entrega energía a nuestra disposición. Lo que podemos hacer con esa energía sobrante depende solo de nosotros, por ejemplo podemos obtener agua a coste 0 y electricidad para cualquier electrodoméstico sin gasto de energía adicional, así mismo cualquier cosa que se les pueda ocurrir, pues entrega energía mecánica y eléctrica en cualquier hora y condición del mundo.
Lo que deseamos el grupo del proyecto MEV es el desarrollo de la energía limpia. Para ello contamos con la venta de licencias y soñamos con hacer una fundación MEV, a través de la cual podamos entregar esta tecnología al mundo.
Como estamos empezando necesitamos ayuda de mecenas y apoyo de los particulares. Gracias a Dios y a vosotros.
El proyecto Mev surgió de la necesidad de encontrar una fuente de energía limpia, económica y de la lógica ocupación de un grupo de personas involucradas en el crecimiento personal para otros, familiares y amigos.
El inventor Felipe Peña, en el año 2008 se quedó sin trabajo pero afortunadamente le llego a sus manos un libro de física y había estudiado de joven en la FP electricidad para ocupar su tiempo se dedicó a hacer pruebas con motores eléctricos, hasta que dio con el invento de motor elevador de voltaje, después de aquel hallazgo, presento la patente pero no se la aprobaron, pasaron varios años y se había gastado el dinero, tuvo que buscar ayuda económica en amigos y así es como conoció a su socio Vicente Lucia, pero yo quería que este invento saliera de inmediato y conocía personas con experiencia en el mundo del inventor, y le presente una persona para que patentaran el invento, paso el tiempo y quise saber que sucedía, y Felipe me contó que estaba todo parado, hasta que finalmente le hice una visita a su casa y nos conocimos. Yo tenía experiencia en electricidad y Felipe me mostró su invento y convenimos en hacer un modelo de utilidad que tiene básicamente una cobertura muy parecida a la patente, En julio del 2015 fue concedido el modelo de utilidad. Más tarde entramos en contacto con otro miembro del grupo Enrique Guardiola, el cual entusiasmado nos entregó todo su apoyo y Dios dispuso que este, al día siguiente de ponernos en contacto, fuera a un taller que había preparado sin conocimiento previo dl proyecto MEV, lo cual nos asombró a nosotros muchísimo, era algo inesperado, pero que fue como una bendición y dio comienzo el proyecto MEV.
Este es el proyecto MEV en grupo, pero la necesidad llega por la ocupación de la sanidad del medio ambiente, La energía fósil y el consumo occidental ha derivado en calentamiento global. El MEV (Motor Elevador de Voltaje), es un motor como su nombre indica que aumenta el voltaje, con la particularidad aproximadamente de que por cada 1 vatio él es capaz de transformarlo en 2 vatios, gracias al electromagnetismo y la energía cinética. Como pueden comprobar obtenemos 1 vatio de más, significa que es auto-suficiente y entrega energía a nuestra disposición. Lo que podemos hacer con esa energía sobrante depende solo de nosotros, por ejemplo podemos obtener agua a coste 0 y electricidad para cualquier electrodoméstico sin gasto de energía adicional, así mismo cualquier cosa que se les pueda ocurrir, pues entrega energía mecánica y eléctrica en cualquier hora y condición del mundo.
Lo que deseamos el grupo del proyecto MEV es el desarrollo de la energía limpia. Para ello contamos con la venta de licencias y soñamos con hacer una fundación MEV, a través de la cual podamos entregar esta tecnología al mundo.
Como estamos empezando necesitamos ayuda de mecenas y apoyo de los particulares. Gracias a Dios y a vosotros.
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miércoles, 17 de febrero de 2016
martes, 9 de febrero de 2016
lunes, 30 de noviembre de 2015
jueves, 26 de noviembre de 2015
Congreso Internacional Laudato Si' en la UCAM de Murcia
CONGRESO INTERNACIONAL LAUDATO SI
DE ECOLOGÍA INTEGRAL Y MEDIO AMBIENTE
en homenaje al Papa Francisco
Del 2 al 5 de marzo de 2016
139. Cuando se habla de «medio ambiente», se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados. Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economía, de su comportamiento, de sus maneras de entender la realidad.
Web del congreso
viernes, 6 de noviembre de 2015
La encíclica Laudato Si' en la revista Nature
Artículo de Julio Tudela y Justo Aznar (Observatorio de Bioética, Universidad Católica de Valencia), publicado en ZENIT.org el 15 de septiembre de 2015 y en el boletín de CIVICA en noviembre de 2015.
No es frecuente que en la prestigiosa revista biomédica Nature aparezcan comentarios positivos con respecto a la fe católica y menos a escritos de los Papas.
Por ello, nos parece de gran interés lo que se comenta en Nature (Editorial de 23 de junio de 2015) sobre la Encíclica papal.
Empieza el artículo haciendo referencia a que las relaciones entre la Ciencia y la Iglesia Católica han sido más bien ambivalentes. En este sentido hace hincapié en cómo el Vaticano tardó 359 años en admitir que la Tierra se mueve alrededor del Sol, y ha tardado muchos más, desde 1633 hasta 1992, para que Galileo Galilei fuera “rehabilitado” por el papa Juan Pablo II.
Sigue comentando Nature que es gratificante comprobar cómo las estructuras católicas oficiales han evolucionado con respecto a estos temas, haciendo especial referencia a la Encíclica Laudato Si' sobre la necesidad de salvaguardar el medio ambiente, redactada en un tono que muestra el respeto del Papa argentino y sus cardenales por la Ciencia.
En este sentido, hace referencia a las declaraciones del cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, que manifiesta que la encíclica papal fue redactada consultando a destacados expertos en los temas del clima.
Sigue el artículo comentando lo afirmado por el papa Francisco, en el sentido de que si no se lucha contra el cambio climático se podría llegar graves alteraciones de los ecosistemas, con importantes repercusiones negativas sobre la sociedad humana.
Su carta dirigida a los más de 1000 millones de católicos que hay en el mundo, hace hincapié repetidamente en el imperativo moral de que hay de actuar en contra del calentamiento global, las alteraciones de la naturaleza por la actividad humana y la sobreexplotación de los recursos naturales.
A juicio de Nature, cuando las negociaciones internacionales sobre el cambio climático entran en su fase decisiva, el Vaticano ha escogido el momento ideal para exponer sus ideas, y, a su juicio, en la línea correcta.
También resalta que científicos y líderes políticos, que trabajan favoreciendo acciones para tratar de evitar las alteraciones climáticas, han expresado su gratitud y admiración por la postura tan valiente del papa Francisco.
Igualmente se destaca que, además de las acciones técnicas promovidas por significadas personas, como puede ser el presidente Barack Obama, es muy importante la propuesta del papa Francisco recomendando la utilización de energías renovables, fundando esta recomendación en razones morales que pueden ser seguidas por millones de personas.
Asimismo Nature se muestra acorde con la opinión del Papa, cuando critica los excesos del capitalismo y consumismo, a los que atribuye un papel fundamental en la crisis ecológica mundial.
Adicionalmente a ello, y de forma inteligente, el papa Francisco hace referencia al cambio global con esperanza, promoviendo la búsqueda de soluciones positivas en lugar de promover negros augurios desde el pesimismo, preguntándose ¿debería la humanidad tomar soluciones que arriesguen el cambio climático y la conservación de la biosfera, cuando existen alternativas viables?
No es frecuente que en la prestigiosa revista biomédica Nature aparezcan comentarios positivos con respecto a la fe católica y menos a escritos de los Papas.
Por ello, nos parece de gran interés lo que se comenta en Nature (Editorial de 23 de junio de 2015) sobre la Encíclica papal.
Empieza el artículo haciendo referencia a que las relaciones entre la Ciencia y la Iglesia Católica han sido más bien ambivalentes. En este sentido hace hincapié en cómo el Vaticano tardó 359 años en admitir que la Tierra se mueve alrededor del Sol, y ha tardado muchos más, desde 1633 hasta 1992, para que Galileo Galilei fuera “rehabilitado” por el papa Juan Pablo II.
Sigue comentando Nature que es gratificante comprobar cómo las estructuras católicas oficiales han evolucionado con respecto a estos temas, haciendo especial referencia a la Encíclica Laudato Si' sobre la necesidad de salvaguardar el medio ambiente, redactada en un tono que muestra el respeto del Papa argentino y sus cardenales por la Ciencia.
En este sentido, hace referencia a las declaraciones del cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, que manifiesta que la encíclica papal fue redactada consultando a destacados expertos en los temas del clima.
Sigue el artículo comentando lo afirmado por el papa Francisco, en el sentido de que si no se lucha contra el cambio climático se podría llegar graves alteraciones de los ecosistemas, con importantes repercusiones negativas sobre la sociedad humana.
Su carta dirigida a los más de 1000 millones de católicos que hay en el mundo, hace hincapié repetidamente en el imperativo moral de que hay de actuar en contra del calentamiento global, las alteraciones de la naturaleza por la actividad humana y la sobreexplotación de los recursos naturales.
A juicio de Nature, cuando las negociaciones internacionales sobre el cambio climático entran en su fase decisiva, el Vaticano ha escogido el momento ideal para exponer sus ideas, y, a su juicio, en la línea correcta.
También resalta que científicos y líderes políticos, que trabajan favoreciendo acciones para tratar de evitar las alteraciones climáticas, han expresado su gratitud y admiración por la postura tan valiente del papa Francisco.
Igualmente se destaca que, además de las acciones técnicas promovidas por significadas personas, como puede ser el presidente Barack Obama, es muy importante la propuesta del papa Francisco recomendando la utilización de energías renovables, fundando esta recomendación en razones morales que pueden ser seguidas por millones de personas.
Asimismo Nature se muestra acorde con la opinión del Papa, cuando critica los excesos del capitalismo y consumismo, a los que atribuye un papel fundamental en la crisis ecológica mundial.
Adicionalmente a ello, y de forma inteligente, el papa Francisco hace referencia al cambio global con esperanza, promoviendo la búsqueda de soluciones positivas en lugar de promover negros augurios desde el pesimismo, preguntándose ¿debería la humanidad tomar soluciones que arriesguen el cambio climático y la conservación de la biosfera, cuando existen alternativas viables?
martes, 27 de octubre de 2015
Llamamiento católico por el cambio climático
REUTERS
Los líderes católicos de todo el mundo hicieron el lunes un llamamiento conjunto para que la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático genere un acuerdo "justo, vinculante y verdaderamente transformador".
Cardenales y obispos firmaron el documento en el Vaticano, argumentando que el cambio climático estaba vinculado "a la injusticia social y a la exclusión social de los más pobres y los más vulnerables de nuestros ciudadanos".
El mensaje que consta de 10 puntos se basa en la encíclica "Laudato Si" que el Papa Francisco publicó en junio pasado y en la que demanda una acción urgente para salvar el planeta de la ruina ambiental.
"Creyentes o no, estamos de acuerdo hoy que la tierra es esencialmente una herencia compartida, cuyos frutos tienen el propósito de beneficiar a todos", dijeron los líderes católicos en el documento que será entregado en la Cumbre de París, que se realizará del 30 noviembre al 11 diciembre.
"Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, ya que Dios creó el mundo para todos. Por lo tanto cada enfoque ecológico necesita incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los pobres y los desfavorecidos", sostuvo.
Las disputas sobre la financiación para los países pobres han obstaculizado las negociaciones entre casi 200 naciones, que están en una carrera contrarreloj para sellar un acuerdo en la cumbre de París sobre combatir el calentamiento global.
THE NEW YORK TIMES
Roman Catholic cardinals, patriarchs and bishops from around the world on Monday appealed to climate-change negotiators to approve a “fair, legally binding and truly transformational climate agreement” when they meet at a widely anticipated United Nations conference in Paris next month.
Representatives of the church from five continents signed the appeal in Vatican City. They said it was inspired by Pope Francis’ sweeping encyclical on the environment, “Laudato Si,” issued in June, which forcefully calls for action to stem environmental destruction and climate change.
The prelates’ appeal calls for a “major breakthrough in Paris” that puts “the common good ahead of national interests,” and advances a 10-point policy proposal “drawing on the concrete experience of people across the continents, and linking climate change to social injustice and the social exclusion of the poorest and most vulnerable of our citizens,” they wrote.
The proposal includes putting “an end to the fossil fuel era,” phasing out emissions by midcentury and providing “affordable, reliable and safe renewable energy access for all.” It also calls for the development of “new models of development and lifestyle.”
Governments must also set limits to global temperature increases, the appeal stated. Decisions made in Paris must be legally binding, the prelates said.
“It’s not a wish or a recommendation but something that is going to tie the hands of governments, we hope,” Cardinal Oswald Gracias, archbishop of Mumbai, India, said at a news conference Monday.
The church has a duty, he said, to bring “ethical considerations” to the forefront of the climate talks in Paris from Nov. 30 to Dec. 11.
The appeal, Cardinal Gracias said, was a “historic occasion” and the first time that Catholic leaders representing all regional and national bishops conferences had presented a joint appeal.
The reason for the petition was simple, he said: “We are experiencing very much the effects of climate change.”
Archbishop John Ribat of Port Moresby, Papua New Guinea, who is the president of the Federation of Episcopal Conferences of Oceania, said islands had been especially hard hit by climate-induced rising sea levels. “Our life,” in Oceania, “is at stake,” he said.
He called the Paris meeting a critical turning point. “Business as usual is neither viable nor respecting human dignity, cultures that have evolved over ten thousand years will be extinguished,” if Paris fails, he said.
Pope Francis has made care for the environment one of the platforms of his papacy, and the Vatican has organized international conferences to press the issue.
“It’s very important to have a variety of actors like the church who take a stance, because the changes that are required involve much more than decisions at the political and economic level,” said Prof. Jean-Pascal van Ypersele of the Catholic University of Leuven in Belgium, a former vice president of the Intergovernmental Panel on Climate Change. “They involve a cultural change everywhere around the planet. The church can be a very important player in that context.”
The church has also been attuned to the social injustice effected by climate change. “A common rule is that the poor are the most vulnerable, while they are also the least responsible for the greenhouse-gas emissions,” Professor van Ypersele said, describing it as a “double injustice.”
But the rich, he said, should not believe that they can escape the impact of climate change. “We all share the same planet, the same boat,” he said. “If we sink to the bottom of the ocean, we all sink together.”
Cardenales y obispos firmaron el documento en el Vaticano, argumentando que el cambio climático estaba vinculado "a la injusticia social y a la exclusión social de los más pobres y los más vulnerables de nuestros ciudadanos".
El mensaje que consta de 10 puntos se basa en la encíclica "Laudato Si" que el Papa Francisco publicó en junio pasado y en la que demanda una acción urgente para salvar el planeta de la ruina ambiental.
"Creyentes o no, estamos de acuerdo hoy que la tierra es esencialmente una herencia compartida, cuyos frutos tienen el propósito de beneficiar a todos", dijeron los líderes católicos en el documento que será entregado en la Cumbre de París, que se realizará del 30 noviembre al 11 diciembre.
"Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, ya que Dios creó el mundo para todos. Por lo tanto cada enfoque ecológico necesita incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los pobres y los desfavorecidos", sostuvo.
Las disputas sobre la financiación para los países pobres han obstaculizado las negociaciones entre casi 200 naciones, que están en una carrera contrarreloj para sellar un acuerdo en la cumbre de París sobre combatir el calentamiento global.
THE NEW YORK TIMES
Roman Catholic cardinals, patriarchs and bishops from around the world on Monday appealed to climate-change negotiators to approve a “fair, legally binding and truly transformational climate agreement” when they meet at a widely anticipated United Nations conference in Paris next month.
Representatives of the church from five continents signed the appeal in Vatican City. They said it was inspired by Pope Francis’ sweeping encyclical on the environment, “Laudato Si,” issued in June, which forcefully calls for action to stem environmental destruction and climate change.
The prelates’ appeal calls for a “major breakthrough in Paris” that puts “the common good ahead of national interests,” and advances a 10-point policy proposal “drawing on the concrete experience of people across the continents, and linking climate change to social injustice and the social exclusion of the poorest and most vulnerable of our citizens,” they wrote.
The proposal includes putting “an end to the fossil fuel era,” phasing out emissions by midcentury and providing “affordable, reliable and safe renewable energy access for all.” It also calls for the development of “new models of development and lifestyle.”
Governments must also set limits to global temperature increases, the appeal stated. Decisions made in Paris must be legally binding, the prelates said.
“It’s not a wish or a recommendation but something that is going to tie the hands of governments, we hope,” Cardinal Oswald Gracias, archbishop of Mumbai, India, said at a news conference Monday.
The church has a duty, he said, to bring “ethical considerations” to the forefront of the climate talks in Paris from Nov. 30 to Dec. 11.
The appeal, Cardinal Gracias said, was a “historic occasion” and the first time that Catholic leaders representing all regional and national bishops conferences had presented a joint appeal.
The reason for the petition was simple, he said: “We are experiencing very much the effects of climate change.”
Archbishop John Ribat of Port Moresby, Papua New Guinea, who is the president of the Federation of Episcopal Conferences of Oceania, said islands had been especially hard hit by climate-induced rising sea levels. “Our life,” in Oceania, “is at stake,” he said.
He called the Paris meeting a critical turning point. “Business as usual is neither viable nor respecting human dignity, cultures that have evolved over ten thousand years will be extinguished,” if Paris fails, he said.
Pope Francis has made care for the environment one of the platforms of his papacy, and the Vatican has organized international conferences to press the issue.
“It’s very important to have a variety of actors like the church who take a stance, because the changes that are required involve much more than decisions at the political and economic level,” said Prof. Jean-Pascal van Ypersele of the Catholic University of Leuven in Belgium, a former vice president of the Intergovernmental Panel on Climate Change. “They involve a cultural change everywhere around the planet. The church can be a very important player in that context.”
The church has also been attuned to the social injustice effected by climate change. “A common rule is that the poor are the most vulnerable, while they are also the least responsible for the greenhouse-gas emissions,” Professor van Ypersele said, describing it as a “double injustice.”
But the rich, he said, should not believe that they can escape the impact of climate change. “We all share the same planet, the same boat,” he said. “If we sink to the bottom of the ocean, we all sink together.”
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